Haz el futuro viviendo el ahora

Se respira inquietud, preocupación, incertidumbre, dudas… ¿Será porque dificílmente vivimos el presente?

Preguntaban a un maestro cómo alcanzaba su serenidad y gozo interior. Respondió: Fácil. Yo vivo ahora. Le replicaron: ¡Como nosotros!. Pero el maestro repuso:

-No. Mientras paseamos, pensáis qué haréis al llegar. Cuando coméis no saboreáis el plato. Estáis en el postre. Mientras orináis no sois conscientes de la micción, sino de qué acaba de pasar o pasará luego. Al dormir tenéis la mente en el mañana, y así sucesivamente. Yo, cuando paseo, paseo; cuando como, como. Cuando orino, orino. Cuando voy a dormir agradezco al día lo vivido y duermo…

Tal permanencia en el ahora no es quizá viable para nosotros, pero el desconcierto actual nace de imaginar un mundo que se construye hoy. Nadie pide que organicemos lo externo y hay un reino interior que no removerán si mí. ¿Invadirá la tecnología un día mi alma? Lo dudo. Por el momento, soy la única dueña.

Poco puedo cambiar fuera. Sin embargo, dentro puedo optar por ver dulzura, por buscar el modo de sonreír, por encontrar bondad entre la mugre y puedo también reconciliarme con lo rechazado.

Esta semana me invadió la tristeza. Salí de mi ahora. Miré uno de los futuros posibles…

Este curso y seguramente los venideros también, no sólo la sanidad está tocada: es un privilegio ver a un médico en persona. También la educación tiembla:

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Solíamos despertar la humanidad. En adelante esperan del maestro que fortalezca el individualismo, coarte los lazos afectivos, prive a nuestra gentecilla del bien de las cosas comunes, a parte de convencerles de que el mundo es letal. ¡Muy arriesgado (como sociedad) presentar a nuestros menores al otro como peligro y el compartir como arriesgadísimo!

El yo sin un tú, o un nosotros, sin cohesión, o equipo, no tiene futuro. Los logros humanos reposan sobre una convivencia que comparte, que reparte la tarea entre todos. Ni siquiera hablamos del amor, sin el cual el resto se va al carajo.

Si con tres años te piden que actúes sólo con lo suyo, hoy serán lápices, mañana ideas. Los conflictos están servidos. Si enseñas a un menor que nadie toque sus cosas, ellos, que no distinguen realidad de fantasía o mente, crecerán protegiendo cuanto les sea propio. No sólo lo material. Estando en la fase más plástica de su vida, lo que ahora aprendan quedará en su memoria como descripción del mundo. ¿Qué será de sus emociones? ¿Qué lazos amistosos crearán si el otro es una amenaza? ¿Sabrán apiadarse de sus «enemigos»?

Pero … ¡qué se yo del futuro! Cuantos habitamos hoy la Tierra sabíamos lo que pasaría y vinimos preparados para el cambio radical que afrontamos. Tenemos recursos y vive en nosotros la misma fuerza de la creación. De modo que vuelvo a mi ahora y si me toca llorar lloraré MAÑANA. Hoy hace un día espléndido y voy a disfrutarlo. Porque es esa FUERZA la que me hace respirar y amar.

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