¡¡FELICES PASCUAS!!

dulce navidad

Mi padre deseaba FELICES PASCUAS, no feliz navidad. Es bonito rescatar esta expresión, a fin de cuentas es una pascua la de la navidad. Hay otra Pascua en Marzo, la llaman «de resurrección». Pero… hay muchas más navidades… Una por cada ser humano. ¡¡Seguro!!

Un grupo numeroso intenta hacer la misma navidad… ¿Para parecer normales? Abren el bolsillo y regalan cosas que cambiarán en Enero… Se visten bonito, para luego volver a las deportivas… Reúnen su familia: con un poco de suerte este año no hay conflictos… Lo iluminan todo: la terraza, ventanas o jardín, luz de bajo consumo eso sí, que… ¡Brilla tan poco! Como no hay colegio, los críos estorban de lo lindo, sin tregua… Y mamá corriendo para tener todo a punto, regalos incluidos…

Navidad siempre me gustó. De niña, ver «poner» a mi madre el Belén y «ayudar» era vivir una devoción extraordinaria. Colocar al fin al niño en su cunita, mirarle… ¿ Sonreía o no? A veces parecía serio… Luego «poner el árbol»… Entonces prestaba olor a pino a toda la casa…¡Sí, éramos unos salvajes por cortar tanta conífera! Pero… ¡cómo olía el salón…! Cogía las cintas de espumillón, me las colocaba ante el espejo para verme como una princesa…, dorada o de plata. Entonces, no había tantas variedades… El belén iba en el cuarto de mi hermano. Lo miraba en silencio, por oler a musgo y mirar la carita del Niño juez…¡¡Era tan mala!! Pegaba a mi hermanito, desobedecía mucho… ¡Si tenía más cerca en infierno que el cielo! Aún así, adoraba una Navidad que traía a mi familia aumentando la nuestra familia de cuatro miembros. ¡¡En navidad pega la multitud!!

Ni al crecer perdí la ilusión. Me esforzaba por decorar de modos diferentes el árbol. Mamá me regaló el belén familiar y me apunté a todos los festejos navideños, incluido San Nicolás, día de Reyes de Holanda, donde vivía. Quise que mis hijos la disfrutasen. No sé si conseguí desligarla del ruido mundano para buscar su sentido menos evidente.

Era Nochebuena cuando se incendió nuestro hogar. Autobús al cielo de mis padres, aquella madrugada, juntitos como quería mi madre, de la mano, pasaron a otra vida. Desde la calle miraba su habitación. El humo más denso y negro que he visto jamás salía de su ventana. Supe que habían muerto. Nadie puede sobrevivir respirando esa atmósfera…  Como supe que sobre nosotros, en algún lugar, sus cuerpos etéreos contemplaban aquello. Entonces, miré hacia donde les suponía suspendidos en el aire y les dije:

«Hoy es ya Navidad. Navidad. Nacimiento… Vosotros nacéis a una nueva vida, pero yo, también… Gracias por todo. Os quiero…» Y de pronto fui consciente de RENACER.

Ya no sacarían más mis castañas del fuego, ni me abrazarían para consolarme o para mostrar su amor. No oiría sus consejos, ni podría reprocharles nada… Ya era mayor. Mías serían las decisiones y los errores y el colchoncito que fueran para mí, se fue. Siguieron días raros. Pero lo más raro… ¡qué chocante resultaba verlas!… era mirar las luces navideñas aún encendidas. Se nos acabó la Navidad. Me prometí, que ni este acontecimiento teñiría el sentido de las navidades por venir.

Es inevitable recordarles. Es entrañable y la navidad sigue encendida. Ha cambiado. Son cambios internos      ¿Quizá nací aquel 24 de diciembre de 2007 también yo?

Una NAVIDAD nos espera a todos. No es aniversario de otro, aún si es Jesús. Es una fecha dormida en cada uno. Cae, o no, en tiempo sacro. Verano o invierno… Escuchas al alma, empiezas a dejar de ser como debes, como esperan de mí y eres sencillamente como dicta el corazón. No es fácil desoír el discurso aprendido que condiciona. «Es que, es que, es que…» ¿Cuántos ES QUE me impiden decir qué siento, hacerlo, olvidar lo que dicen que debo hacer…?

Una Vida nos espera y NACER a ella es la verdadera NAVIDAD. Consiste en ser lo que siento que soy y sé que hace feliz. Aquí. Ahora. En primavera llegará la resurrección, hay tiempo para crecer…¡Puede no ser tampoco  primavera exactamente…! Pero las PASCUAS facilitan el cambio…

Y no hace falta decir «FELIZ NAVIDAD»… Esa NAVIDAD es siempre FELIZ, porque por fin puedes SER.               ¡¡¡ Mantendré esta llamita de papel encendida por todas las pascuas por venir!!! Las de cada día.