¡¡¡HOLA 2016!!!

CAVA Y UVAS

Hay algo de mágico en cerrar juntos un tiempo…

Ya nos fue dicho, sabemos que el tiempo no existe, pero envejecemos y para la mente resulta difícil comerse eso de que no hay tiempo. Y sin embargo es verdad. No obstante cuando el mundo, casi entero, se dispone a cerrar una etapa de 365 días y algo más, todos emitimos bellos deseos, hablamos de algo en lo que pocos creen (la felicidad) y tratamos de celebrar y brindar y estar despiertos más allá de lo razonable…Cuando las campanadas, las doce campanadas suenan es como si fuese a pasar algo grande, algo de veras nuevo y nos abrazamos como si el contacto fuera a romper cuantos maleficios conocemos.

Lo cierto es que esa ilusión dura lo que las campanadas. Nadie cree de verdad que empiece un tiempo nuevo, si no…SUCEDERÍA. ¡¡Imaginad la mente de millones de seres humanos, de creadores de realidad concentrada con auténtico convencimiento en abrir una cierta, nueva, real fase de la Vida…!!! SUCEDERÍA. Sin lugar a dudas, sucedería.

Pero la mente es perezosa al cambio y además lo asocia con inconvenientes, cuando no con la desgracia y por si fuera poco, la experiencia pesa como un justificante del mejor y mas fuerte acero, de modo que se cierra y en lugar de un año nuevo, reestrenamos siempre el mismo viejo tiempo de dolores esperados que por ello llegan, de dificultades sin freno y de cuanta perversidad hayamos conocido y bautizado como mal.

Jesús decía que para hallar la felicidad había que ser como niños. Los conozco muy de cerca y no es su inocencia, ni su candor, ni todas esas virtudes que atribuimos a los niños a lo que Él seguramente se refería. Son capaces de hacer daño a conciencia sin el menor escrúpulo, porque son amorales. Sólo poseen a medias aún, la moral inculcada con alfileres en casa.

Pero lo que si tienen a montones es una capacidad de volver a confiar instantánea y carecen de memoria para el daño. ESO, a eso debía referirse el Maestro, porque de eso precisamente es de lo que adolecemos los mayores. Quien la hace queremos que la pague. A eso llamamos justicia. Nuestra memoria es capaz de permanecer fija en un hecho desgraciado toda una vida y aunque eso no trae jamás felicidad, mientras revivimos el dolor, sentimos, olvidando que ese sentimiento nos cerrará las puertas de otros maravillosos que perdemos contemplando el video de nuestra desgracia…

Si con cada campanada olvidásemos el personaje que fue nuestro un instante, pues incluso si duró años ES UN INSTANTE; si con cada campanada confiásemos en que lo nuevo es bueno, fértil, deseable y bello; si hiciésemos la ilusión vida…, entonces de una vez, el planeta estrenaría un tiempo nuevo y 2016, sería el año cero de una nueva era.

Hace muchos años sentí que el mundo se estaba acabando. No sabía realmente qué era eso de ACABARSE, pero lo sentí agonizar. Aún no había oído de las profecías Mayas u otras, ni se respiraba en mi ambiente un clima escatológico. Pero mi estupor era verdadero y sentí miedo. No. No podía ocurrir. Debía haber algún modo de frenar ese final. Y busqué un signo, uno cualquiera que expresase mi voluntad de parar el proceso que se cernía sobre la humanidad. Hubo otras ocasiones en que claramente supe que hay un mundo feliz y que debía haber un modo de alcanzarlo. Sin embargo a mi alrededor, cada año se estrenaba de nuevo el mismo viejo año de siempre y no sentía que sola pudiera variar nada. De modo, que me senté a esperar que alguna vez, lo que yo sentía fuese el sueño loco de muchos, como decía John Lennon.

Con el tiempo he comprobado que a este mundo viejo no hay que cambiarlo, porque él te cambia a ti, te guste o no. Casi siempre te cambia para matar la fe, la confianza, la esperanza y todo aquello que distingue a los creadores. Pero a mi no me ha cambiado la esperanza, ni la confianza, ni la fe. Sigo creyendo que hay un modo, o varios, de crear un mundo feliz.

De hecho, si uno lee el Apocalípsis, que es cierto que aterra bastante, hay un capítulo en que el aire cambia. Y es el capítulo XXI. Ahí dice: He hecho un mundo nuevo. HECHO ESTÁ.

¿O sea que ni tengo que construirlo, está ya hecho? Pues eso es lo que dice.

Unas líneas más abajo explica cómo no es posible verlo, sentirlo, estar en él. Fundamentalmente se refiere a la mentira. Viene a decir que los que tergiversan la verdad o la adulteran, no pueden pasar. Ojo, no es que se les prohíba, es que uno llega a creerse sus propias mentiras y la más fuerte de todas es creer que lo que le muestran los otros, lo que le muestra el espejo es lo que uno es. Peor aun, lo que uno dice ser. Esa es la mayor de las mentiras. Y lo que uno cree se hace real para uno mismo. Es el poder de la mente, magnífico por enorme, no por maravilloso. Te atrapa, se autojustifica y te envuelve sin que sea fácil percibir el engaño.

Uno dice ser imperfecto. Uno dice ser más o menos «bueno», pero como todos tiene sus defectillos…Uno cree ser su profesión y dice: Soy banquero, electricista, informático o poned lo que os plazca. El caso es que dice: YO SOY y añade tal o cual cosa. Y las palabras YO y SOY tienen una fabulosa potencia, tanta que serás lo que creas ser.

¿Y si resultase que somos todo, perfectos, buenos y mucho más poderosos de lo que nos atrevemos a soñar? No hay frenos mayores que los que nosotros, por miedo, creamos. Yo paré el fin del mundo…¿Os imagináis lo potente que soy?

Hace poco he decidido que este mundo viejo puede fallecer. Bendigo todas y cada una de sus atrocidades, de sus bondades y su belleza, lo bendigo porque gracias a ello hoy veo mejor. Puede permanecer allí donde está, pero he decidido que quiero otro mundo para mí. Agradezco su efecto en mi, más ya está bien de repetir y repetir y repetir. Ahora puedo crear ese mundo nuevo que ya está diseñado.

¡¡Basta de métodos competitivos, inventemos métodos complementarios de acción!! Basta de querer ser el primero, el popular, el más querido…¡¡Si ya lo somos!! Es cuestión de valorar lo únicos que cada uno somos y expresarlo, digan lo que digan.

Aun no sé si este mi mundo nuevo es de uno solo o es un mundo para todos. No se si se puede manifestar y tocar, o es cuestión de ver belleza donde hay podredumbre, aquí mismo.

Lo que sí sé es que me levanté de mi silla y que conozco más locos como yo que aspiran a crear ese año nuevo, que ya son felices. Son gente que ha comprendido que mirar videos de su propia vida no es constructivo. Los miraron, entendieron y agradecieron lo aprendido. Son gente que tiene de todo, pero no son millonarios. Son gente que se emociona con facilidad y ríen a menudo. Son amables y aceptan al otro sea como sea. Son gente que se valora y que usan la crítica para discernir, no para pisar a nadie. Son gente corriente…Pero su luz brilla a poco que les mires con buena voluntad.

Ahora mismo, miro mi vida y siento que yo también tengo todo cuanto me hace falta para ser feliz y lo soy. Ser feliz no es aburrido…Ser feliz está basado en el aprecio de lo pequeño, de lo extraordinario que es lo ordinario. No depende de gastar dinero, sino de poseer todo. Sí. El universo entero es mío y es mi casa. No depende tampoco de éxitos sociales, sino de sentirse amado y de amar.

Sonará cursi eso de amar, pero cuando sabes que amar es mantener una conducta de protección y cuidado hacia todos, que es respetar la libertad ajena y propia, que es sentir que todo está relacionado, firmemente unido, entonces no es cuestión de sentir. Si sientes, mejor aun. Pero si no sientes nada, estás también amando…

Hace poco me dí cuenta de que se nos permite crear. Y me dio pánico. No es que antes no supiese que hay gente que ha creado cosas impresionantes…Es que en mi cabeza apareció la idea de que yo no era menos que nadie, que crear es posible y lo sentí con la nitidez que se experimenta pocas veces en la vida. He vivido tanto tiempo creyendome que sólo era un ser humano, que pesaba sobre mi una realidad inamovible…Y súbitamente sonó dentro : ¿Crear? ¿Qué voy a crear yo?¿Cómo se hace eso?

Y es que no se trata de crear un nuevo universo. Se trata de crear fe, confianza, paz interior, amor…Tal vez nadie sepa jamás qué he creado yo. Lo sabe mi alma y eso es suficiente. De momento estoy creándome una mente nueva, una que no prejuzgue en función de los viejos modelos que me enseñaron en mi casa, mi colegio, mis amigos y mi cultura.

Es un comienzo. Y ante todo una consigna: DE AHORA EN ADELANTE TODO ES FÁCIL.

De pronto PUEDO. Me dejo. Me lo permito yo.

Asi que… ¡¡¡¡¡BIENVENIDO 2016!!!!!

Este sí será un año nuevo y lo acojo con confianza renovada.

No soy una ilusa. En mi vive aun la vieja «yo» y me saldrá al paso primero casi a cada momento, luego frecuentemente, después de vez en cuando y veo el día en que la arroparé para dormir el sueño de los justos, porque ya no necesitará presentarse más.

Sí. Definitivamente sí. Doy la bienvenida al tiempo nuevo ¿Y sabéis por qué será así? Porque yo creo en ello. Lo he concebido y lo pariré. Sí:

¡¡¡¡¡BIENVENIDO 2016!!!!! 

¡¡¡¡¡HOLA AÑO NUEVO!!!!!

 

CORAZON DE CORAZONES