Se me supone culta, pero hay palabras que uso y sin embargo no sé bien cuál es su significado. Una de ellas es ACTITUD.
Dice la Real Academia del castellano:
«Disposición de ánimo de algún modo manifestada». No me aclara mucho. Ya de niña a menudo vi, que consultar el diccionario es iniciar otras búsquedas no siempre útiles. Ahora debería buscar DISPOSICIÓN…Y ÁNIMO. ¡Paso! No buscaré más.
Para mi una actitud es un movimiento interno, una visión de las cosas que se delata en posturas, en actos externos. No se puede medir, pero desde luego SE NOTA. Quizá surge en los gestos, en la conducta…
Los estudiosos del comportamiento humano para reproducirlo en robots dirían, que si se puede medir. Lo dudo. Habrá evidencias y medirán en minutos un gesto, y generarán robots que sonrían. Aun así, la actitud del que sonríe va más lejos que el número de segundos que mantuvo una sonrisa, o el de veces que se ve en su cara.
La actitud no se puede «tocar». Se produce como si fuera un gas que sale de quien la mantiene e inunda su conducta, aun cuando no se esté haciendo evidente.
¿Conocéis a alguien cuya presencia te atrapa por su serenidad, por LA ACTITUD de ternura continua, que te hace sentir aceptado siempre? Existen estas personas.
Son sembradores de luz. Con ella recobras la fe en ti, en la vida, en el género humano…Son gente que ama por amar. No saben «no» amar. En algún punto de su camino perdieron el miedo a criar bondad, a dar o recibir con humildad, a ser mansos sin ser idiotas, a mirarte sin pedir que seas como a ellos les conviene, o sin que te suelten la charla para que «seas más feliz».
Conozco, es verdad, pocas personas así, pero existen.
La vida no ha sido amable con ellos y si les pides que cuenten cómo llegaron a ser así, te asombrará cuánto miedo han superado, cuánta rigidez de miras perdieron y cómo de ciega a sido su fe y su personal búsqueda de un mundo, no ya mejor, simplemente BUENO.
No son extraterrestres, ni practicantes de una religión concreta. Sus vidas no son envidiables. ¡Qué va! Pone la piel de gallina escuchar qué de valles emocionales recorrieron, cuántas montañas rodearon o escalaron, antes de descender al mundo normal.
Se acusan de graves cualidades, como haber sido engreídos, justos, inmisericordes…Pero son gente así lo que requiere la vida.
Su actitud es de CON- PASIÓN. O sea, «pasan contigo aquel dolor», te acogen cuando te ahogas y jamás te dicen un: «deberías hacer, o ser …». No te critican, les valen hasta tus defectos. De hecho parece que no los ven …
Hoy reflexionaba sobre qué podría hacer que nuestra existencia respondiese a los tres últimos capítulos del Apocalípsis, o «Libro de las revelaciones».
El conocido y últimamente muy nombrado Apocalípsis tiene 22 capítulos, aunque de él sólo lo macabro, lo terrible, lo desolador…aquellos CUATRO JINETES… se conocen ¡¡¡Qué pocos saben cómo acaba!!!
Cietamente los primeros 20 capítulos podrían deprimir a María Santísima…Pero tiene dos al final donde dice:
«He hecho un mundo NUEVO. Hecho está».
O : » Y enjugará las lágrimas de sus ojos, y la muerte no existirá más, ni habrá duelo, ni gritos, ni trabajo, porque todo esto es ya pasado».
¡Qué gracia! Los que defiende un futuro con hombres biónicos , o robots, con chips en su piel, con miembros y órganos artificiales dirían:
«¡Ciertamente! Eso lo ofrece la tecnología: Gente que no llora, ni muere, ni trabaja…»
Pero algo me dice que no van por ahí los tiros.
Un robot, aun si consiguen insuflarles sentimientos, iniciativa y capacidades que les harán ser casi humanos, NO TENDRÁ ACTITUDES. Sólo conductas copiadas de un hombre. Podrán mantener conversaciones inteligentes. Ya existen robots que asombran, que asustan por el tipo de diálogos que mantienen…
Y escuché a un científico decir que el próximo salto en la evolución es el «hombre biónico», un conjunto de materiales programados para evitar el error que tanto nos molesta a los humanos. Otro, dice que con la manipulación genética se extraerá tal o cual gen con conflictos y se evitarán enfermedades.
Es muy, muy importante que comprendamos lo que la física más progresista indica:
Bajo la apariencia de ser materiales, con masa y peso, hay en nosotros un vacío, algo IN- VISIBLE, que actúa siempre sorprendiendo, tanto que quien crea conocer la física cuántica es un lerdo y no sabe de Física Cuántica.
Hace más de 5.000 años sin tener acceso a unas matemáticas complejas, a Centros como el CERN de Suiza donde se experimenta para entender que es un BOSÓN (una partícula cuya existencia sólo muestra la matemática y es tan volátil que nadie puede tener un boson, ni siquiera un virus podría sujetarlo…¡¡Tan pequeño e inestable es!!) se escribió un libro: El KYBALIÓN.
Enuncia una serie de verdades que todas las filosofías posteriores y las religiones han tenido reconocido como certezas. Nadie ha podido demostrarlas, sólo percibir, sentir, que lo que en él se dice es real.
La primera de estas verdades dice: EL TODO ES MENTE.
Hoy la ciencia dice que el TODO es VACÍO cuántico, algo que como la mente es invisible, que describen como «una fuente inagotable de energía». La mente de un hombre es eso que puede materializar todo cuanto de ella sale. Es de hecho una fuente inagotable de ideas, que podemos hacer reales.
La energía es como la actitud. Está pero no se toca.
La electricidad o el magnetismo están. Podemos usarlos, no cogerlos. El vacío es nuestro material base, pero no podemos tampoco cogerlo, o medirlo. Y la potencia que en él se emite y vive en nosotros como componente esencial de nuestros átomos que forman nuestras células, no puede medirse. Es infinita.
Creen que quitar un gen eliminarán una enfermedad. El vacío les sorprenderá una y otra vez creando enfermedades viejas, nuevas o tal vez esa misma que estaban erradicando.
No enferma el cuerpo. Él solo refleja algo malinterpretado por la mente, que se escondió más allá del gen, que podemos extirpar. Es la actitud resultante del ejercicio de continuar vivos, lo que produce con lentitud aprendizajes, generalmente gracias a enfermedades o a no comprender y desear hacerlo.
Estar vivos es una tarea de descubrimiento continuo. Los momentos fáciles no abren nuestros ojos. Queremos retenerlos, que no se nos escapen. Pero solamente con actitudes constructivas desde la mente, instalamos la salud, desde su parte oculta o inconsciente y además desde la firme voluntad de sentir el bien.
Todo nace en un lugar que no se ve. Lo llamaron espíritu. Todo nace diremos hoy, en el vacío. Ahí nacen actitudes, que luego serán conductas.
¡Pues bien!
Llevamos miles de años produciendo dolor, lágrimas, trabajo, muerte…Es fruto de copiar actitudes dañinas. El viejo: «OJO POR OJO», tiende a dejar ciegos a muchos…Incluso los pactos, a menudo provecho del ganador de una batalla, humillan más que establecen la paz. Luego llega un Hitler cualquiera y unos cuantos le apoyan para mantener privilegios y ejercer poder, o simplemente vivimos la pobreza, más o menos disimulada.
No es casual. Esto nació en el vacío de que estamos hechos al repetir siempre las mismas actitudes que nos hunden. Y hemos llegado a creer que: «La Vida es así».
Del vacío pueden surgir nuevas actitudes, que en vez de plantar las mismas «patatas» una y otra vez, planten de una vez lo que nos hace reír, maravillarnos, admirar y disfrutar.
Creo firmemente que la actitud que pone en pie esos dos últimos y desconocidos capítulos ya revelado y por tanto promesa de convertirse en realidad, es la bondad.
Copiar las mismas actitudes y conductas, no da resultados nuevos y no ocurrirá a base de sustituir miembros u órganos, ponernos chips, y dejar que en vez de las iglesias sean ahora la nuevas tecnologías las que nos ahoguen.
Sólo hay algo por sembrar sin parar, si queremos que ese mundo nuevo ya hecho en la mente sea visible al ojo humano. Fácil.
Se llama BONDAD. Amor, si queréis.
Si planto bondad, no saldrá fuego, asesinato, o hambre. De un huevo nace una serpiente o un ave. Nunca una planta, o una piedra. De plantar bondad sólo puede surgir BONDAD.
Quien planta bondad cultiva en sí mismo esa bondad: es bueno consigo y bueno con los demás. Duerme a pierna suelta, disfruta con pequeñeces, también con grandes cosas. Pero no llora de día porque el sol se va. Espera a gozar contemplando las estrellas…Busca discernir lo que la vida le trae y en cada cosa halla algo bueno. Luego sólo quiere ver eso. Así planta «bien» del que sólo bondad saldrá.
Vivir así es posible. El resultado es vivir en la tierra el Paraíso. Y cuando vives así, cuando te importan todos y todo, y al tiempo nada es lo suficientemente importante como para agarrarlo sin soltar, lo que necesitas viene a ti. No te sobran millones, pero jamás te falta de nada. Ni siquiera lujos.
Hemos de comprenda que el único modo de que el bien se instale es actuar con bondad desde una actitud continua de bondad. Así se experimenta ese mundo sin lágrimas, sin esfuerzo y sin muerte. ES UNA REVELACIÓN a mi alcance y al tuyo. De nosotros depende que sea realidad en nuestras vidas. Se basa en no enfrentarse al mal, sembrar bondad por donde pisas, sin llamarte tonto por ser bueno.
Y desde luego no exige chip alguno, ni órganos artificiales o programas y aplicaciones que nos quiten otra vez la libertad.