Nos toca a los comunes y corrientes.

Hay noticias alarmantes.

El nivel de contaminación y superpoblación de las costas del mar Mediterráneo es tal, que en unos años no es que vaya a estar sucio, no. Bañarse en él será suicida, porque desde mercurio a todo tipo de residuos petrolíferos colman su capacidad de auto reciclarse y ya hay enfermedades generadas a sus orillas debido a las montañas de bacterias que en él proliferan en algunos lugares.

No sentimos piedad alguna por la fauna y la flora de un viejísimo mar como este, que con tanto amor cantó Joan Manuel Serrat. Podemos creer que pagando hallaremos alguna cala escondida e ignorar el deterioro determinante ya de un poco de agua al fin y al cabo, comparado con los océanos. Podemos ignorarlo, porque como sólo las imágenes nos impactan, es mejor desconocer que al otro lado del mediterráneo los pescadores ya no salen a faenar imaginando el infinito mar, aunque la pesca haya huido ante un mar tan insalubre, tan guarro.

Culparemos al gobierno, a ministros obsoletos, a la corrupción o al demonio, de todo el destrozo al que tan ingenuamente colaboramos con nuestro cómodo modo de vida, en tanto la naturaleza se va replegando hasta que no pueda más o cause catástrofes tipo sunami, o terremotos.

 Si a mí no me toca, tampoco me incumbe.

Esta es nuestra filosofía de vida.

Oímos hasta hartarnos que el planeta es GLOBAL, que ya no cabe esconder la cabeza bajo la arena pretendiendo que lo que hago no afecta. Pero mientras la desgracia no amenace o irrumpa salvaje en nuestra vida individual, «paqué» pensar o sentir…

Lo grave es que nuestra sordera, nuestra ceguera, no evitará que esos niños a los que mimamos y enseñamos lo divertido de consumir, no gozarán ríos cristalinos, playas sin  residuos, o una casita junto al mar. De hecho la idea de playa tendrá que modificarse, porque una extensión de arena en la costa libre de residuos y de mierda, pronto va a ser una foto o un recuerdo.

¿Creéis que exagero?

niños en

Conocí las virginales costas de Alicante y Murcia en ese mismo Mediterráneo y lo único sucio eran algas que arrastraba el oleaje, solo en temporada, que el mar también vive las estaciones. Heredé una casa en la playa. Me deshice de ella. Ya no soportaba el trajín de día y de noche, las muchedumbres en todos los sitios a todas horas, la basura en la playa…, a pesar de lo que amo esa tierra. Entonces el afán urbanístico sólo se iniciaba. Hace 50 años.

 Ya hay ciudades de costa mediterránea con mas de un millón de habitantes y hospitales de esas mismas ciudades, que no dan a basto con los enfermos temporales de los periodos vacacionales sucesivos, que contraen enfermedades nuevas. ¿¿¿Tendrán algo que ver los residuos tirados sin filtrar al mar, como si fuese tan grande como nos parece y se limpiase solito???

No entendemos que si yo contamino la naturaleza tranquilamente, hay millones de personas como yo que hacen lo mismo. Creo p. ej. que voy a salir de vacaciones y sabré evitar los atascos. Pero tome la medida que tome, esa misma idea la tienen cientos de personas que taponaran las carreteras al mismo tiempo que yo, a pesar de mis precavidas ideas. Esto, tan real cuando vamos de vacaciones, ocurre en los demás temas.

No es imprescindible contaminar. Lo hacemos porque nos importa un bledo esa lata de refresco que tiro al suelo, la bolsa de plástico que ya no me sirve, o esa colilla de cigarrillo que sin más, cae a nuestro lado al apagar el cigarro.

La calle no es mi casa. El pueblo es mío como sentimiento, pero son los otros los que lo ensucian. Nunca yo. Ni el centro comercial, ni el parque, ni cualquier otro sitio por donde voy me pertenecen. Sólo son míos mi automóvil y mi casa. De hecho la carretera es un buen basurero a la vista de todo lo que se tira por las ventanas del coche.

Cierto. Lidiamos con dirigentes políticos especialmente corruptibles, que hacen su agosto sin cuidar la responsabilidad contraída con el poder que les otorgamos. Pero actúan así, porque todos estamos dispuestos a subirnos a ese carro.

Las administraciones están plagadas de gorrones que tratan los folios, los bolígrafos, la electricidad o los servicios telefónicos como si fueran suyos. » Ya pago mis impuestos». ¿Es eso? Como pago puedo llevarme lo que es de todos…

Las basuras están repletas de cosas útiles, tanto, que hay quien vive de recogerlas sistemáticamente. Ni lo que tenemos, lo apreciamos. Hay que comprar cosas nuevas, remodelar mi casa, copiar a la vecina…GASTAR, porque eso dice lo bien que me va…, y con suerte, me envidiarán a mí. ¡A la calle el sofá!. Está demodé. Ya comparé uno vintage…

sofas

Nadie zurce ya calcetines. Es más fácil comprar paquetes de tres nuevos y mantener las fábricas produciendo y contaminando. Que nadie piense que las fábricas siguen la normativa que gobiernos con inspectores escasos se van a encargar ni de multar, cuanto menos de impedir que tengan trabajadores mal pagados o de regular los filtros que requiere poner la energía a funcionar.

Son múltiples los aspectos en que consentimos y participamos en que todo vaya como va. Y no es cuestión de manifestaciones o denuncias públicas.

SON NUESTRAS ACTITUDES Y CONDUCTAS irreflexivas e indolentes, quienes con culpar a otros de todo, nos dejan más anchos que largos. ¡Ya vendrá algún día un líder, alguien capaz de enderezarlo todo! ¿Entonces, tal vez España cambie y el mundo también!

Repasad vuestra conciencia. Uno se ve pequeño para cambiar el mundo ante tanto desmán. Y al que esperamos mientras sólo me importa lo que creo MÍO, ese no llega jamás.

Michael Jackson escribió una canción que pretende hacernos despertar.

El horror existirá a pesar de nuestra buena conducta, pero la mayor parte del horror nace en la tibieza de carácter, la falta de valentía, la poca confianza en nosotros mismos, la dejadez ante las causas que preferimos no conocer y afectan más pronto que tarde a nuestra salud y a la del planeta, que son la misma.

Si los de arriba ejercen mal el mando, es porque las masas aceptan sus decisiones calladamente. Y yo soy masa. Tu eres masa.

El turismo genera millones. No van a contarte que el mar es pan para hoy  y hambre para tus hijos. El urbanismo mata muchos animales para que tu tengas una segunda vivienda y te beneficies de ello. Alquilarás a duro el pie de mosquito la hora que te van a pagar. La contaminación empieza con todas esas idas y venidas en coche, sigue con tu aire acondicionado y los residuos que no reciclas o la calefacción que pagas. No culpemos tanto a  las fábricas .

El mundo está mal gestionado, pero ciertamente no ayuda que lo que está de nuestra mano sume problemas.

Michael dice que esperar que alguien grande actúe y resuelva no es una opción, QUE SOMOS TU Y YO los que marcamos la diferencia.

Este curso intenté evitar un derroche de basura y que mis alumnos no coman porquerías (de esas que causan colesterol y se producen con el sudor de trabajadores que no cobran lo digno), reduciendo en mi aula las celebraciones de cumpleaños a lo mínimo y añadiendo actividades divertidas. Ni dulces, ni regalos de caramelos y otras cosillas. Las velas se soplan en un soporte muy mono de madera. Pero más de una vez los padres llegan con bolsas de chucherías, porque quieren que disfruten sus pequeños. Total, son 24 cumpleaños como mucho…

Da qué pensar. Pregunté a mis niños qué era un cumpleaños. Y respondieron:

Globos, regalos, canciones…

Cada vez les digo que celebramos que alguien nació y su nacimiento nos puso entonces y ahora muy contentos. Pero prevalecen las COSAS, todos esos añadidos que su mundo les ha enseñado que acompañan a una celebración. Rizamos el rizo y gastamos más y más. Lo mismo pasa con las bodas, los bautizos, las comuniones…

Si con tres años conciben así un festejo, si al salir de clase se les dan chuches, si se les compra de todo por su cara bonita…¿Qué mensaje les estamos dando?

CONSUME Y SERÁS FELIZ.

Y es este afán de lo nuevo, las marcas publicitarias y nuestro egoísmo, lo que permite en el fondo que el Mediterráneo esté perdiendo vida y se convierta en un foco de enfermedad.

Repito:

TU Y YO SOMOS EL MUNDO. Podemos ser como el resto corrientes y contaminantes, o contribuir a crear una vida limpia, feliz de verdad, con lo que tenemos que no es poco.

Nos toca a los corrientes dejar de tragar lo que se nos ofrece.

Colaboramos cuando compramos la idea de que ser flaco es guay, de que esa lavadora o ese coche los necesitamos, o la bazofia de un apartamento minúsculo en una playa atestada y contaminada, para comer una paella echa a prisa como si fuera un churro y creer que así descansamos. Volveremos al «curro» con depresión, porque CONSUMIR sólo es bueno para los ricos. Si contaminas les da igual. ¡Ya le sacarán un beneficio!… Siempre que dejes tus ahorros de un año, o te hipoteques por diez días de sordera y ceguera.

 

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