El fenómeno de la comunicación de masas y el pesimismo.

Mi relación con los medios de masa es inconstante.

Pasan a diario múltiples desastres. Conozco a quien por haberse perdido uno al tener la radio apagada, ya sólo apaga para dormir: «¡Cómo va a perderse una noticia importante!», sobre todo si es mala, añadiría yo… Mi interés por la actualidad se expresa con esta frase: «¿Sin noticias? ¡¡BUENAS NOTICIAS!!». Las tremendas se las ingenian para llegarme.

Desgraciadamente todos somos reporteros del dolor, antes que noticiarios de sucesos fantásticos.

Acabo de encender el televisor y leo: «Dos excursionistas perdidos en la nieve». De inmediato iba a apagar. No busco en la tele más daño, sino entretenimiento, cosas de dulces a divertidas, amables en cualquier caso. E instintivamente me he dicho: ¿Soy tan banal que quiero evadirme de las penas ajenas?

Ni el cúmulo de situaciones límite por mi vividas puede consolarme ante el mal ajeno. Pero… Es otra la siguiente reflexión que siguió a esa.

Hace tiempo me asombró, que la televisión holandesa quisiese  desarrollar un noticiero infantil. ¡Buena idea: UN PERIÓDICO CARGADO DE BUENAS NOTICIAS!

Contarían algo así: en una granja han nacido diez pollitos; un coche estancado en la nieve, gracias a todo un pueblo, libera sus ruedas y sigue camino; dos niños enfadados durante el recreo en la escuela, al final se dan la mano y sonríen marchando juntos al salir de clase… Así todo un noticiero. Era para niños. No obstante, me hizo sonreír. Me invadió un gran bienestar, basado en parte en la facilidad con que la infancia confía de nuevo, sin recordar el agravio recibido, sea gordo o flaco.

¡ Qué impide crear algo similar con criterios adultos? Alguien me dijo: Han existido intentos de crear un periódico o revista con noticias felices. ¡Pero no venden! ¡No son rentables para un editor!¡¡¡ Nadie los compra!!!

 INAUDITO, increíble…

Esta tarde, finalizando mi día quería algo bonito, dulce y no, saber que dos personas están pasándolo mal en la primera nevada del año en España. ¿Podría hacer algo por ellos? No. Alguien diría: rezar. Ok. ¿Y he resuelto algo?

Mi oración puede que sirva, o sean de esos que viven para conocer malas noticias y ellos son  hoy la mala noticia. ¿Puedo aminorar su angustia, su miedo o sus corazones aterrados, en particular si hubieran muerto?

¿Qué hay bajo ese constante bombardeo de pésimas noticias?

En primer lugar crear audiencia y vender periódicos. Hay beneficio en esa morbosa necedad de estar informados, en especial de lo mal que todo va.

En psicología hablan del refuerzo NEGATIVO. Es el simple y conocidísimo CASTIGO. Y está… ¡cómo no! su opuesto: EL REFUERZO POSITIVO: ser amable, aplaudir, o solamente reconocer en alta voz algo logrado por otro. Suele provocar la sonrisa del interesado. Pues bien: El efecto en observaciones muy contrastadas del refuerzo negativo para acabar con conductas indeseables es NU-LO. Justo lo contrario ocurre con el positivo: La posibilidad de que una conducta deseable se reproduzca crece invariablemente.

Podría esperarse pues que un periódico amable vendiese más que uno con desagradables noticias de muertes, desapariciones, raptos, violaciones y demás atrocidades. ¿Son un castigo? Las desafortunadas conductas no se corrigen con nuestra crítica, o con pena.

¿Propagar lo bueno, potenciar lo positivo, no obtiene  nuestro interés?

Es espeluznante: desayunamos con la muerte, de otros claro; comemos la corrupción política del día y merendamos y cenamos con la desgracia…, ajena por supuesto. ¿Quizá ver a otro más desgraciado que yo me permita respirar?

Pero si una discusión en el piso de abajo conmociona al menos unos minutos… ¿Qué sacamos de alentar el morbo escuchando problemas que nos disgustan, aumentan nuestra inseguridad y desestabilizan (como poco) nuestra existencia?

La noticia mala alimenta nuestra debilidad por saciarnos de dolor ajeno. Facilita que los magnates de la comunicación se forren. ¿Y no será que gracias a contemplar a otros sufrir se desenfoca nuestra propia realidad?

Las noticias no son películas dirigidas a enviar un mensaje, provocarnos o entretenernos. Son, eso nos cuentan, lo real. Se nos llena luego la boca de «lo he visto», «hay fotos» , o «eso es así».

Creo a todos enterados de que ser reportero no es buscar noticias, sino opinar. NUNCA IMPARCIALMENTE. El simple hecho de observar cambia lo observado. Nadie ve lo mismo que otro aun viendo lo mismo. No da igual que una mente positiva mire, que lo haga un pesimista. ¿Nos gusta creer que todo va de pena?

Atención, que si del mismo modo que ahora vende lo triste, cambiásemos y nos interesara lo mismo o más lo grande, lo dulce, lo tierno, lo divertido, o lo amable, los medios de comunicación cambiarían su estrategia o perderían dinerito.

No pido que nos mientan. Es transformarnos y ver en todo lo bueno, que siempre, absolutamente siempre llega. «Tras la tormenta viene la calma». No es que quiera que se nos oculte la tormenta. Pido que no magnifiquen tormentas que las hay, haciendo de un chubasco un drama, que no se expanda el dolor, que no se alimente la sed de ver miseria, porque…

…nos estamos perdiendo la VIDA contemplando siempre la botella medio vacía. Nos ahoga tanto, que otros hacen millones a nuestra costa y no llegamos nunca a verla medio llena.

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Al contemplar el horror ayudamos a nuestra mente a creer que esta vida y este mundo son una mierda. Y siento disentir; ESTE MUNDO Y ESTA TIERRA Y ESTA VIDA…, SON UNA MARAVILLA, una…, que se nos escapa preocupados por ese accidente, que seguramente termine bien y haga que otra vez esos dos muchachos sean más precavidos (volviendo a la noticia de los desaparecidos).

A lo peor desaparecen… Pero a lo que voy, es a que nos ponemos la venda aun antes del desenlace y nos entretiene ese tipo de desastres tanto, que es nefasto ver las noticias.

Cualquier medio de masas es una inversión, da a muchos trabajo y cuesta MUCHO DINERO. Reconozco que si poseyera uno, también querría hacerlo rentable.

Lo que no es de recibo es nutrirnos con las heces de la vida y a un tiempo, no ser conscientes de cuánto perdemos por no mirar la belleza, lo amable, la alegría y tantas bondades como en partes, al menos iguales, pueblan el planeta. Más aun. LAS HECES REQUIEREN SER TENIDAS EN CUENTA. Es fundamental cagar y hacerlo bien. Mantenerlas dentro causa enfermedad,. Muerte. Pero, no sirven para ser comidas, salvo que no tengas otra cosa que comer y vive el cielo, que hay mucha comida que te nutre mejor.

MERECEMOS UN MUNDO LIBRE; BELLO; BUENO. Apegarse a lo horrible que nos parecen tantas cosas, evita seguramente que de la desgracia nazca una lección y el dolor sea…

cropped-la-cruz-de-luz.jpgun estímulo para crear otra forma de sentir la existencia.

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