Usa la cabeza y el corazón

Llevo días preguntándome qué hay tras esta alarma tan contundente e inédita.

Investigué los contagios comunes por enfermedades de este tipo. Y me fijé en las cifras. Aún no me decían mucho. Dos mil diecinueve: 6.204 muertos por gripe común. En dos mil dieciocho la cifra casi triplica a ésta 15.000 MUERTOS. ¿Lo leí mal? Volví a la web, confirmándolo. ¿Cuántos contagiados habría para tantas muertes? Imagino que miles. Llama poderosísimamente la atención que entonces no se colapsaran los hospitales, ni se diera alarma alguna, ni por supuesto nos obligaran a permanecer en casa.

No es que no sea un virus » jodido». Sí sospecho que no es natural y da la opción de aterrorizar, manipular y cambiar parámetros. Uno será la contaminación. Necesariamente se reducirá. Otro serán las comunicaciones; ya no serán libres, sino a través de móviles y redes sociales, aunque lo grueso sólo acaba empezar. No serán las cifras de muertos, sino la economía, no ya española, sino internacional.

Este parón podría servir para de veras cambiar las cosas. El tele trabajo como forma habitual, siempre que fuera viable, nos permitiría un mundo de relación familiar real, ganaríamos tiempo de calidad y tal vez es hora de dejar mucho más a las máquinas hacer el trabajo «sucio».

Esta crisis ha tendido un velo ocultando otras amenazas que no atienden y son inminentes. Los poderosos se reúnen a perder el tiempo, no a tomar medidas de aplicación urgente. Lo del cambio climático es ya una evidencia. Ayer 30 grados y estamos iniciando marzo. Ya no es para dentro de cien años que los polos se derritan y países como Holanda, ciudades como Nueva York, sólo dos ejemplos, vayan a sumergirse bajo el océano. Cuando pase, los mares y sus corrientes cambiarán el clima de todo el globo…

¿¿Y si este parón habilitase soluciones y permitiera comprender que no podemos retrasar más el cuidado de nuestra Tierra, que nuestra forma de producir va en nuestra contra, que no tiene sentido comprar en China lo que antes se hacía a la vuelta de la esquina, que perder diversidad de fauna y flora permite que proliferen los corona virus…??

La teoría del «vuelo de la mariposa» dice que su aleteo en Asia puede provocar un ciclón en América. Ya no es una teoría. Si algo demuestra el COVID19 es qué cerca está China.

La vida que creamos a finales del XIX, si no antes, ha convertido nuestra convivencia en dura, fría, desalmada, interesada… Nuestro bienestar, incluido el de nuestros pobres, hace míseros, sin ser millonarios, a millones de humanos de otras latitudes, aunque no por ello miserables. Mi madre viajó a Egipto. A su vuelta me dijo: Nunca he visto gente más pobre, pero más feliz. Y contaba mi abuela que durante la postguerra española se reunieron dos familias para sobrevivir un tiempo en su casa. Casi no tenían alimentos, pero reían a menudo y el afecto los unió para siempre.

Esto dice que la vida no va de tener, sino de cómo y con quien lo compartes. Y dice que urge dejar de usar la calle como un estercolero. La calle ES TAMBIÉN MI CASA. Y urge reciclarlo todo y urge sentir que quien tengo al lado importa y que eso que hay bajo mis pies no es suelo o tierra es mi CASA. ¡Y yo, a los míos y mi casa la cuido!

Sorprendí en un hospital a una jefa de planta regañando a varias limpiadoras por usar demasiadas bolsas de plástico para las papeleras del hospital. Luego he sabido que faltaban hasta vendas, que despedían personal de los hospitales como si nada… Y de repente asustan a la población y acude en masa a los hospitales. Nos confinan en casa, no por la peligrosidad del virus, sino porque FALTAN RECURSOS a causa de tantas medidas restrictivas para acotar gastos en sanidad.

¿Qué hay tras esas prácticas? DESHUMANIZACIÓN. Y de eso va nuestra cultura. Hemos perdido lo más elemental. El otro y sus cuitas ya no nos incumben…

A ESTO ES A LO QUE HAY QUE PONER FRENO.

Nos esperan días difíciles y no hablo del tiempo bloqueados en casa. Lo gordo llegará después. Y o comenzamos a usar el CORAZÓN, o llegará una debacle. Los de arriba no van a ayudar. Y pasar con el otro su mal, se impone.

Es muy bonito salir a aplaudir el desgaste físico de nuestros sanitarios. Pero hay que hacer mucho más y con el prójimo.

 

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