¿Quien o qué respira por ti? ¿Quién o qué hace tu corazón latir? Quien o qué mantiene los planetas girando y hace que cada día vuelvas a ver el sol?

Reconozco una energía que la ciencia señala como eterna, cuyo poder indescriptible sin límites está más allá del espacio, el tiempo y la gravedad. La siento en mí. Es inteligente y ama. Supera al más sabio, al ordenador más potente y curiosamente vive en ti y es gratis. Su amor… Nada lo supera.

Nuestra mente, retazo de esa poderosísima inteligencia, permite imaginar futuros y como también eres cuerpo, porque no padezca, miras alrededor tratando de aprender de lo que otros cuentan.

Si existieras para aprender o copiar a otros… ¿por qué eres diferente? Párate. Piensa: ni siquiera dos hojas de árbol son idénticas, ni un cristalito de un copo de nieve es igual a otro. Y tú HOMBRE… hecho de unidades infinitesimales y micro partículas, un complejísimo sistema que funciona guiado por esa fuerza tan potente… ¿¿estás llamado a uniformarte con los de tu especie y aceptar lo que dicen sin ser igual que ellos? ¿Ese es tu futuro??

REFLEXIONA. Vas por camino erróneo. Caminas por él. ¿Cómo si no hubieras sabido que no te daría paz transitarlo? Pero el mundo es mucho más viejo que tú. REFLEXIONA. Lo cambiarás al ajustar tu visión y descubrir que cuanto llamaste mal está en la base del bien a que aspiras, que sólo se trataba de mirar ese mundo tan condenado (no sólo por otros sino por ti), y decirle:

«Gracias a tu oscuridad veo la luz. Gracias a tu poder destructivo aprendo a construir. Gracias por habitar también en mí. Y ya que naces de mí, reconozco cuánto me enseñaste. Vuelve bendito a las sombras donde seguirás siendo mi fuerza, para que yo pueda brillar.»

REFLEXIONA. Sé valiente. Coge tu miedo y actúa, que los valientes temen, sólo que no frenan por sólido que su miedo sea. Atrévete a vivir desoyendo los tétricos cánticos de agoreras voces que proclaman un mañana desierto. Inicia el día hablando con eso que mueve tu corazón y haz suyo tu día y tus actos. Eso es todo lo que se nos pide:

Entrégate a la Vida sin olvidar que vives para poner tu corazón abierto al servicio del plan.

Sí. PLAN. Todo parece desquiciado. Voces fúnebres auguran días sin libertad, ni siquiera individual. Pero jamás tocarán tu mente, espejo de esa otra mente infinita. Ahí sólo tú mandas. Así que observa tus pensamientos, lo que crees, pues eso atraerás y crearás.

Ese Plan es sagrado. Su bondad no descansa en el oro o el poder. No se nutre del egoísmo o las apariencias. Es incorruptible. Y viene desarrollándose desde siempre en busca de la LUZ, el Amor, la Paz y el bienestar de cuanto emanó un día de si.

Ya han sido abiertas las puertas para que tú también puedas entrar y descansar. La vida ha despertado a las Bellas Durmientes y no hay otra: ¡sus castillos despertarán automáticamente con ellas! Sólo que si te dejas agobiar, hundir, convencer por quienes no están dispuestos aparentemente a ser LUZ, si crees sus cantinelas de opresión y sed, si te sientes ninguneado por sus manipulaciones, entonces llorarás. ¡¡Te perderás el brillo del nuevo SOL!!

Vivimos tiempos destructivos. No cabe más destrozo ni desastre. Caerán personas, edificios, y estructuras que dieron todo de si. Toca construir. Miraremos cuánto nos enseñaron y su esencia nos guiará. Pero cuanto surja no será como antes. No llores si todo parece desmoronarse, si crees caer al vacío de un abismo insondable. Es el plan. El juego se acaba y se reinicia así por una idea feliz…

Nacen visiones nuevas, se construye ya con otros principios, pero sobra  lo que no sirve. Fuera y dentro. Tal vez desaparezca el suelo bajo tus pies… Entonces, habla a esa inteligencia infinita que es tuya, entrégate, se valiente con tu miedo acuestas y escucha tu corazón al actuar.

El cuento de la Vida, como todos, acaba con: FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES. La fiesta final nos incluye… Verla y disfrutarla depende de ti.