Son menudencias. Filas larguísimas. Te acercas a alguien y recula. Se acaban las clases. Los que solían quedarse hablando no están. Cinco minutos y la calle desierta. Sólo niños y jóvenes actúan aún como siempre. ¡Cómo les bendigo! ¡Me recuerdan que nada puede con la vida!
Triste es, que a pesar del tiempo que pondrá todo en su sitio, la gente sigue temerosa por un virus que mata a tres de cada mil personas. No es peor que otras gripes conocidas y antes menospreciadas.
Por más que nos martilleen con brotes y contagios no mueren más desde junio… Por más que apliquen test que dan más falsos positivos que contagiados, sólo hay una diferencia en las condiciones actuales comparando con un año atrás: ESTÁN ARRUINANDO AL PEQUEÑO EMPRESARIO (TIENDAS, BARES, RESTAURANTES, FERIANTES, AGENCIAS DE VIAJES…ETC.), NOS IMPIDEN REUNIRNOS, VIAJAR LEJOS y nos demuestran qué obedientes somos si nos asustan convenientemente. De ahí las mascarillas.
No me acostumbro. No sólo a llevar la mía horas y horas. Es ver cuánto nos han acojonado, cómo nos hemos tragado el pez.
Lo que vivimos ni es casualidad, ni actual, ni son libres de acción nuestros mandatarios. En 2003 se fabricaron demasiadas vacunas y las farmacéuticas furiosas por las pérdidas que experimentaron habilitaron una estrategia para evitar que sucediese de nuevo.
Usarían la televisión y otros medios para bombardear con el peligro de los virus incesantemente. Volcarían imágenes que provocasen pánico de contagio. Amenazarían con terribles consecuencias de no vacunarse y ocultarían el peligro de vacunarse, sobre todo porque no se hace un seguimiento posterior ( no da dinero) ni informa de cuantas muertes se producen, así como enfermedades graves relacionadas con la vacunación.
Es exactamente esto lo que de marzo a septiembre sucede. Han conseguido que no precisemos policía, ni multas. Todo el mundo exige que te cubras como si la mascarilla eliminase todas las posibilidades a un virus, que muchos profesionales de la salud acallados públicamente dicen que científicamente no existe. Otros tras investigar, sí encontraron causas para tanta muerte entre marzo y abril.
¿Recordáis la ola de aire en el primer trimestre del año? Calima lo llaman. A nuestro ya tremendamente contaminado aire se le puso encima una colcha que acentuó el veneno que llevamos años respirando. No se puede fumar, pero contaminar sí previo pago de su importe.
Personas cuya salud ya era precaria, que toman tres, cuatro y más pastillas diarias (es decir que sus hígados y riñones están hartos de limpiar toxinas procedentes de su medicación), con sistemas desgastados, no tiene nada de raro que mueran por gripe, cuanto más si les dopan con morfina. Si encima es un virus pensado para matar es un triunfo que haya sobrevivido gente.
Ningún virus entienden de geografía…, menos este. Mata en Madrid, pero a 40 Km. no. Mata en Málaga, pero en Granada no tanto. En la Edad Media la peste diezmaba la población: no una muerte por familia. Las hubo que desaparecieron. Ahora hay asintomáticos. El mismo virus mata al esposo pero respeta a la esposa… ¿Cómo tragarse tales mentiras? No alcanzo a entenderlo.
He comprendido que toca usar la imaginación para enseñar sin medios, obedecer y entender, que bajo tanta manipulación y falsedad algo grande y nuevo se está gestando. Y porque creo en la Vida no me suicido. La VIDA dará la cara y si puedo bendecir a los mentirosos, un día saldrá la VERDAD. Entonces tal vez nos atrevamos a ser libres.
En busca del reino de los Cielos 