Tengo un grupo de amigos a los que quiero sentir como familia. Pasé unas horas con ellos y noté en mi una extrañeza al mirar cómo se manifestaban que casi me escandalizaba. Pasaron horas de nuevo y ya sola, creí sentir un desprecio, una necesidad de distanciarme de ellos que no me parecía BUENA. No había congruencia en mi corazón que de un lado quiere amarles y de otro quiere que sean de un modo particular que yo entiendo como correcto.
Y esa dualidad, esos dos sentimientos-pensamientos me estaban ahogando.
Se que existe la SOMBRA…Es esa parte del todo en la que no me siento protagonista, pues jamás quise ser de esas maneras que veo que hay, pero a mi nunca se me ocurrió ser. Llamativa…por ejemplo. No me gusta llamar la atención, aun si mi cuerpo grande y mi personalidad fuerte probablemente actúan como un semáforo en rojo que luce aun antes de que hable yo. Pero no soy llamativa a posta, ni me gusta figurar, ni que me aplaudan…En toda mi vida no he cultivado el campo de atraer la atención por sentirme mejor, ya que de hecho me incomoda hacerme visible.
Cuando descubro personas que de forma más o menos conscientes buscan ser el centro de atención, siento asombro como poco. Y esa es mi sombra, eso que yo no quiero ser conscientemente, pero al existir, al ser, forma parte de mi si es que de verdad creo que el todo soy yo.
Se que uno hace que esa sombra, esas características que hoy por hoy yo no potencié, no di luz verde para que de mi salieran, SALEN SIN EMBARGO en forma de CONDUCTA aparentemente AJENA. A eso le llama C. G. Jung PROYECCIONES. Y a veces saberlo, saber que eso que en otro me sorprende y no me gusta es mío, no me ayuda a aceptar al otro, aunque exista realmente en mi la intención de sentir todo como propio.
Ahí en ese deseo sincero de aceptación, que peleaba con mi persona que no quiere llamar la atención, surgió un malestar que arrastré dos días tratando de llegar a mi paz de siempre. Y de pronto comprendí que había un cierto odio hacia los otros, un rechazo evidente, lo cual me incomodaba más aun.
¡¡Cómo puedo ser todo si rechazo una parte, por pequeña que sea de lo que está claro que existe!!¿Es posible ser todo cuando te quieres deshacer de un trocito de lo que forma el todo?
Estaba clarísimo que no. No es posible…, no, cuando uno quiere sentir unión total con lo que hay.
Inmediatamente me sentí mal. Progresivamente mal.
Pero no lo dejé ahí. Cuando conoces la sensación de aceptación total, perderla te resulta tan desagradable, te desazona tanto, que te sientes empujado a indagar más en ti para volver al amor de esa sensación incomparable de sentir todo BUENO.
Y me acordé de unas palabritas de mi maestro. Yo le decía entonces que ya no me sentía tan bien con respecto a otra situación distinta a la que hoy me ocupa. Y él me dijo:
«¿Y por qué va a ser mejor aquello que esto? Eres tú quien convierte en menor o mayor la situación.»
Ahí encontré la clave.
Cuando siento la bondad de algo es inmediato sentir bienestar.
No ocurre lo mismo cuando yo como persona que soy potencio mis criterios, mis valores…, y ataco los que no comparto otros, los que no tengo al menos conscientemente. Y cuando en mi aparece un juicio y no es positivo, sabiendo ya que juzgar me pone a mi en el banquillo, con todos mis códigos y reglas, soy de golpe el reo y no me gusta serlo. Soy juez, defensor, fiscal, tribunal y reo. Soy el acto de juzgar y lo juzgado. Soy la sala de juicios y habré de dar un veredicto y una sentencia final.
Recordé las palabras de mi maestro. ¿Es mayor ser humilde y no querer brillar que ser llamativo y buscar el brillo?
A estas alturas de mi comprensión de las cosas sé que no hay nada mayor que nada o nadie. Cada diminuta pieza del puzzle es vital colocada en su sitio. ¡Anda que no joroba tener casi terminado un puzzle y descubrir que hay aunque solo sea uno, un agujero vacío! Se perdió una pieza y el puzzle queda incompleto…Parece como si de nada hubiera servido el trabajo de ensamblar las 1999 piececitas que tanto nos costó colocar en su lugar.Se queda uno impotente ante ese hueco y trata de decirse que no importa, pero la sensación de no haberlo terminado prevalece y molesta.
Entonces miro todas estas horas de desasosiego y me digo:
No. No es mejor ser congruente que no serlo.
Ambas posturas se complementan. No hay una más adecuada que la otra. También está bien ser incongruente, pues bajo cada acto coherente duerme una incoherencia y bajo la incongruencia vive calladamente la congruencia.
A veces somos blancos, otras negros. Parece que solo somos blancos cuando soy blanco y negro cuando soy negro. Pero siempre bajo las dos posibilidades opuestas SOY. Y no es mejor ni mayor ser blanco que negro. El punto de unión está en que esas dos posturas son mías y sacaré una u otra según convenga. Llevo en mí mil modos de actuar, llevo en mi mil caras y TODAS me son precisas. TODAS, todas…
Asi que esta mañana por fin me levanto entera.
No me extraño ya de proyectar en el otro mi necesidad de ser llamativa y agradezco a quien sostuvo su brillo escandalosamente para mí, que se prestara, que fuera objeto de mi «odio», pues odiar vive en mí también y está como cualquier otra emoción formando parte del puzzle del todo que SOY.
Si haces un juicio, has de saber que también eres «todo» en ese proceso jurídico interno, fundamentalmente eres tu mismo el reo y sabe que el juez más severo eres siempre tú. Una vez iniciado, habrás de dar un veredicto innegociablemente.
No queda otro remedio. Si como yo eres crítico/a, sabe que no hay mal alguno, siempre que ese veredicto sea:
INOCENCIA.
El otro, ese que produjo el sentimiento indeseable en tu corazón, es tu cómplice. Él, ella, ignora que te están haciendo un favor en el 99, 9 de los casos. Pero te lo hacen.¡Vaya si te lo hacen! ¿Cómo ibas tu a encontrar esa pequeña parte de ti que jamas creíste ser, sin alguien que al menos fuera de lo que tu llamas «yo» te lo muestre?
El otro es portador de una noticia invalorable, sublime, para ti que quieres sentirte uno, enamorado de todo y en paz. Actúa como pactaste con él/ella sin que ni tu ni él/ella lo recordéis. Es que no es así, llamativo en mi ejemplo, es de mil formas igual que tu. Pero ahora, hoy, está actuando llamativamente y lo seguirá haciendo hasta que comprendas que no es mejor no llamar la atención, que bajo cualquier aspecto aparenta dormir su complementario ( que no su opuesto ) y que ambos viven y existen.
Una vez comprendida la inocencia y otorgada desde tu corazón…, aun queda una sentencia por expresar.
Podrás decir: Bueno, aun aceptando que sea inocente, debe dejar de hacer eso…
Si así lo crees vuelve al principio del texto. Si no puede expresar lo que has declarado inocente, mal vamos.
¿No hemos quedado en que todo lo que hay es igual?¿ No hemos comprendido que el puzzle es una foto con sombras y luces sin las que no aparecería ninguna imagen? ¿No hemos sentido que una sola pieza ausente no satisface?
La sentencia tras un veredicto de inocencia sólo puede ser LA LIBERTAD.
Deja que todo sea expresado libremente, no restes ni un ápice de tu confianza a nadie que exprese lo aparentemente opuesto a ti. Eso que rechazas y es tuyo, no va a permitirte hallar la paz hasta que lo liberes, dejando que se muestre con tu comprensión de que no es que el personaje sea un prepotente, un molesto moscón que tiene que hacer ruido…El, o ella fueron y lo seguirán haciendo para ti, eso que tu jamás quisiste ser. Ellos son actores auténticos, claros como la luz, igual que tu. Sólo van disfrazados de eso que a ti te parece feo, sucio, incongruente o molesto. Y sólo lo hacen porque te aman sin saberlo, para que tu ames un trocito más de ese todo que estás convencido de ser.
ACEPTAR es eso. Dejar libre al actor que se disfraza para ti de lo que no te gusta y al darle la libertad. Verdaderamente al hacerlo él o ella no sentirán posiblemente nada. Pero tu liberas en ti a un hijito tuyo, un ser que ocultaste con o sin conciencia de ello, y que solo pide tu amor.
Entonces tu hijo, libre ya y amado por su progenitor que eres tu, no reclamará más tu aprecio, no se presentará más, pues amar no tiene pasado o futuro. Es eterno y su efecto no tiene caducidad.
Yo soy la madre y el padre de cuanto vive bajo la luz del sol. Sé que lo soy de cuanto elegí mostrar, generalmente eso que la sociedad llama aceptable. No recuerdo que soy también el generador de cuanto la sociedad no llama apto, aceptable o correcto.
Puedo vivir eternamente negando ser quien concibió y dio a luz al resto de emociones o sentimientos. ¿Yo egoísta? ¿Yo maltratador/a? ¿Yo dictador? ¿Yo corrupto/a?… Sí. Cuanto no crees haber parido también lo pariste, y resultó cómodo pasar a otro el muerto y el «disfraz de». Cómodo, pero insatisfactorio.
Pasa algo similar con eso que llamamos amar a otro. Descubriste a alguien maravilloso, alguien que tiene una historia…Y tarde o temprano a desvelarla en su conducta chocará contigo. Pregúntate si ese amor merece la pena y si respondes que sí, deja que tu pareja se manifieste como lo necesita. Despierta en ti el amor que no pide nada. Se incondicional por él o por ella. Hazle el mejor regalo: SER COMO NECESITA HOY SER. No niegues el brillo que te enamoró y acepta que a tu lado pueda ser libre.
Hará cosas que te incomodarán como poco. DÉJALAS APARECER sin rechazo. Y si juzgas, reconoce que tu pareja es solo el actor disfrazado, no alguien realmente como tu lo has juzgado. Inocencia y libertad. Si eres capaz de dar esas dos cosas a otro, TU SERÁS quien las perciba para si mismo. Y ella, él, ya no tendrán que actuar más para que tu te quieras a ti mismo completo y feliz de ser lo que sea que toque ser.
¿¿¿QUIERES SENTIRTE SATISFECHO, FELIZ CON TU PAREJA Y CREAR UN AMOR COMO POCOS???
Si eso es lo que buscas, sé el progenitor de cuantas emociones y sentimientos muestre, aunque te parezcan suyos y no tuyos.
Eres un ser completo. Eso significa que cuantas emociones y sentimientos puedan existir nacieron dentro de ti. Unos los mostrarás satisfecho. Los demás te los mostrarán otros, esa gente que no sabe lo grande que es, que se viste de odioso para ti, que te ama por encima del dolor de afrontar tu rechazo.
Ahora bien: has de saber que nunca vas a sentirte amado y aceptado, feliz y satisfecho plenamente hasta que no comprendas que sin un trozo de ti, por pequeño que sea, no podrás vivir en paz.
Una sabia frase dice: DA AL OTRO LO QUE QUIERAS PARA TI.
¿Quieres AMOR con mayúsculas? Pues fabrícalo y regálalo. Solo lo que das es lo que te queda.
Y recuerda: NO HAY AMOR con exigencias, quejas o peticiones. AMA EL QUE UNE y une el que da libertad de ser y confía.