ABAJO EL FEMINISMO. ¡¡ARRIBA LA MUJER!!

Hay una película maravillosa para mí: MARY POPPINS.

Me leí los cinco tomos que publicó su autora, de la que recientemente hicieron una película. Una mujer sola y no muy normal…Con una triste infancia…Pero Mary es la magia del respeto y la de una educación, todo menos ñoña…Y en la versión de Disney aparece la madre de los niños, en los principios de s. XX como una activista del feminismo.

Cuando uno piensa que siglos atrás una mujer no podía hallar ningún trabajo salvo criada o prostituta, se le abren las carnes.

Sí, porque cuando una mujer no era escogida como esposa, o cuando enviudaba y no tenían dote, o herencia paterna, si sus familias no se hacían cargo de ellas, o de su prole, 0 estaban condenadas a la indigencia más brutal, o a la caridad pública. TRABAJAR no era una opción para una mujer y además no estaban preparadas para nada que no fuese procrear, y «sus labores», leáse las tareas de limpieza, costura, y cuidado de la infancia…La muerte de un varón que les proporcionase su sustento, si ocurría y no dejaba dinero tras él, suponía a menudo una tremenda existencia hasta morir, más si eran madres…

Lo que es una mujer, tan poco apreciada históricamente, está aun por conocerse y tenerse en cuenta.

No lo digo porque yo lo sea. Lo digo por lo que voy descubriendo de ELLA, y si fuera hombre, si pudiese siéndolo sentir qué es una mujer, viviría maravillado de lo que la naturaleza ha hecho con el género humano a través de ella.

Lejos de eso, aun hoy colea la vieja idea de que es la culpable del desvío de la moral, pues aun muchas culturas la culpan de originar el error que parece ser la causa del mal del mundo. Ha sido humillada, menospreciada, tergiversado su papel, mantenida en la falta de conocimientos e instrucción, y para desgracia de muchas mujeres hoy en día en Asia, en África y en Sudamérica, siguen los machos, que no varones, ni caballeros, tratándolas como servicio para sus necesidades, ya sea comer, follar, o ocuparse de los hijos que las hacen con o contra su voluntad.

Hay a Dios gracias varones y caballeros, hombres que tratan a sus hijas no como hembras sino como VARONAS.

En el Génesis, cuando Adam descubre a su lado a la mujer le da ese nombre: VARONA.

Hay algunos obras escritas desde nuestra cultura occidental que son más que lectura. Son explicaciones de la vida y su influencia sobre lo social, la tradición y los principios y valores que marcan nuestra conducta habitual es infinita. Don Quijote, Hamblet, y desde luego la Biblia, son best-sellers porque hablan de lo humano, de las tragedias y los gozos y cómo se generan.

Parece que fuera cosa de iglesia o de religión, pero ateos declarados sufren del mismo concepto y dicen cosas tan «lindas»a sus mujeres como: «¡¡Tú, a fregar!!».

Yo por ejemplo, me casé con un europeo, un holandés. Holanda fue de los primeros países de la Comunidad económica europea y uno podría suponer que mi marido era progresista. En muchas cosas lo era. Pero en cuanto a su mujer, «mejor en casa con la pata quebrada». Tienen fama, injustificada en muchos casos, los moros de ser «moros», es decir de tratar a sus mujeres sin la dignidad que corresponde a un ser humano sea del sexo que sea. Pero para «moro»…Mi marido. ¡Lo intentó, al menos!

Me he criado entre chicos. Los he tenido como compañeros de juegos muy a menudo. Luego mi familia tenía más varones que chicas, de hecho en mi casa eran tres, hasta el gato era del género masculino…Y respeto y admiro que nos cuiden, que nos defiendan, incluso cuando no es vital…

El caballero, el varón puede usar su poder físico, su autoridad en ese sentido, ya que una mujer de por sí es menos fuerte y si es madre su vulnerabilidad se dispara.

Recuerdo ir por la calle con mis dos colitas, así sentía a mis hijos, pues eran una prolongación de mi cuerpo y me sentía responsable plenamente de sus vidas. Y cuando vas sola y algo resulta amenazante, tener junto a ti a tu pareja, te da fuerza y te descarga de esa enorme responsabilidad.

Por supuesto un hombre puede sentir que está contigo embarazado y algunos llegan incluso a tener «leche» en sus pechos varoniles, si su implicación es total. No es el flujo de leche materna, pero sí crea su cuerpo prolactina, como el de su mujer. ESO PASA. Poco, pero ocurre.

Y todos sabemos de hombres que se toman la paternidad como una mujer la maternidad, conscientes de ser parte de un hecho muy especial, como contemplar la vida reproducirse y cuidarla con la protección y el estímulo que un pequeño merece.

Pero no abunda esa actitud. Lo más normal es que con un niño/a en brazos no sepan qué hacer, que se escondan en su papel de portador del sustento y se encierren en su trabajo, para llegar a acostarlos. Comprendo que dé miedo. No es menor el de una mujer cuando de vuelta a la vida normal tras el parto, mira a su bebé llorando y ha de interpretar qué le pasa con la poca experiencia de la primera vez.

Yo fui a mi modo defensora de la igualdad entre sexos. Pero nunca he sentido que debiera manifestarme, ni escribir pancartas contra el machismo. Sí he intentado siempre que mi dignidad humana se respetase.

Y es que admiro el cuerpo humano, el del hombre, tan fuerte, tan lleno de dinamismo y el de la mujer que concibe y pare a su prole con una generosidad, que no siempre merece el aplauso social que merece.

El cuerpo del varón no es con mucho tan complejo como el de una mujer. Sobre todo teniendo en cuenta el «baile mensual» de hormonas que nuestros cuerpos soportan.

Nuestra forma de mirar la vida es también diferente. Vosotros veis el espacio y en el competís por demostrar lo que sois y ganar el respeto ajeno. No dais a la comunicación en todas sus vertientes la misma importancia que nosotras. Una mujer lo sepa o no, está siempre evaluando los gestos, intentando dilucidar qué quiere quien está cerca. No sólo cuando tiene hijos. SIEMPRE. Va con el sexo. Dentro del paquete.

Y hay razones para ello.

Nuestros cerebros no solo no pesan igual y aquí el tamaño importa, pero no hace mejor al más grande. A día de hoy, bajo una resonancia magnética es posible ver cómo ante los mismos estímulos, las reacciones cerebrales de los dos sexos no activan los mismos grupos de neuronas. Sabemos poco del cerebro, pero ya sabemos qué temas se muestran como actividad cerebral en qué lugares y qué labor tienen de forma general.

Pero aun antes de que la ciencia mostrara esto, gracias a las nuevas tecnologías que curiosamente se desarrollaron por mor de las guerras…(algo tan masculino…), ya la antropología, la paleontología y cuantas ciencias habían estudiado al ser humano, empezaron a percatarse de que el cerebro no abandona jamás lo aprendido, en otras palabras: Aun disponemos y están activos los mismos mecanismos que en la prehistoria humana eran imprescindibles, aun si ya no lo son tanto.

Imaginad a las hembras de Autralopithecus  en una cueva reguarecidas, con sus hijos y con sus varones en su mayoría ausentes para cazar, quizás acompañados de hembras fuertes y solteras, por ejemplo, mientras aparece otro grupo de varones de otra tribu en busca ya fuera de niños como moneda de cambio para conseguir algo de esta tribu, o por qué no para comérselos. Entonces eran poco más que primates y los primates comen carne de vez en cuando…, y mejor cachorros que son más blandos.

Ellas correrían a salvar a sus peques, pero son cuerpecillos independientes y no es posible recogerlos a todos ipsofacto. Tras nueve meses que «cuesta»traer un hijo al mundo, una mujer no cede su descendencia sin dolor…Eso se ve ahora mismo en cualquier hembra animal…Las monas arrastran a veces durante días su bebé muerto, porque no pueden aceptar que ya no se mueve…Y eso éramos entonces: Monos superiores y muy poco superiores a los actuales primates.

Por otro lado ahora, sabemos qué cosas son comestibles y cuáles no, qué cosas nos enferman en general y cuáles no. Fueron las madres de aquellos tiempos las que hubieron de aprender a fuerza de ver morir a otros, adultos y pequeños…, a fuerza de mirar sus caras, pues ellas cuidaban de la gente, mientras los fuertes machos procuraban cazar al animal salvaje…Las mujeres seguramente son las creadoras de todas las palabras que no aluden a hechos externos al hogar…

Hacen burla de lo que «cascamos», cuánto nos cuesta estar calladas y de que comentemos todo. Pero entonces lo hacíamos como forma de dar información vital para estar preparadas frente a los peligros. Hoy se ríen de nosotras por ser chalatanas…

¡¡QUÉ habría sido de la humanidad si nuestros cerebros hubieran actuado como los de los machos…!!



CONTINUARÁ…………………………………

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