DEMONIO

Me cuesta encontrar una causa digna para comentar… Haberlas haílas… Pero para repetir los mismos argumentos… Pos va a ser que no. Por eso callo estos días…

Este tema sin embargo no lo he tocado demasiado…

¿ Y si os dijera que el Demonio nunca existió?

Sí existe una imagen, explotada por la pintura y los pintores movidos por quienes les pagaban los cuadros: los sacerdotes de alto rango.

0 (1)

 

Hay pueblos que NO TIENEN demonios. Ni infierno. P. Ej. El pueblo judío.

Y sin embargo hay algo pendiente con el Demonio.

A lo largo de nuestra historia, lo que el ser humano representa es la capacidad de reflexión sobre sus actos y la capacidad de creación de actos distintos en función de esa reflexión.

Lo vegetal es sensación viva, sin intención consciente. Lo animal es sentimiento sin conciencia de sentirlo. Lo humano es vegetal y animal y con un paso más, posibilidad de influir en lo que va a hacer, precisamente porque su consciencia no es aprendida, no es ley e instinto.

Un depredador no puede asesinar, porque para él matar es alimentarse. Una planta ahoga a otra, pero lo hace por sobrevivir. Un ser humano, que es eso también, puede quedarse ahí, o usar ese NEOCORTEX (que es el añadido de la evolución de las especies a nuestra especie). PUEDE. Lo cual no indica que lo hagamos.

De hecho hemos funcionado, seguimos en ello, como si ese trocito de cerebro añadido fuese un apéndice y no lo que nos hace hombres.

Así cuando matamos, algo en nosotros sí percibe que hay un daño hecho. No todo el que mata asesina. No todo asesino se va de rositas cuando lo hace. Y me refiero a que cuando mata, en el hecho de matar se liga al muerto y llevar muertos en la mochila…PESA. Luego le cogerán o no. El plomo no se lo quita más que llegar a comprender qué y por qué lo ha hecho.

Llevamos matándonos unos a otros virtualmente y materialmente milenios. A veces matamos al sumar nuestro desprecio al despreciado. No siempre somos el verdugo. A menudo nos unimos a los que «entre todos la mataron», aunque luego uno se muera solito.

Cuando decía que dañar no sale gratis, me refería justamente al demonio.

Lo que nos hace daño sale también siempre. Sale quizás años después de haber causado o recibido el daño, cuando somos de los que se reservan el derecho de mostrarse. Pero salir sale. Y sale siempre de la forma más inesperada: EN LA CONDUCTA DE OTRO.

» No le soporto» decimos. » Es una persona tóxica…», o «con una energía terrible», o «me cae fatal». Cuidado.

Ahí está oculto eso que ignoras de ti.

Por más que no lo sepamos, cada ser es un CONDENSADO del ÚNICO QUE EXISTE.

No se me alarme nadie. Solo existe uno y lo dice la ciencia. SOLO HAY UN VACÍO CUÁNTICO del que por acumulación de sus partículas, que surgen de que alguien las observe para que sean partículas y no pura energía, aparece algo con masa, o sea cuerpo.

Un cuerpo es una suma de millones de diminutas células, hechas de diminutos átomos, hechos a su vez de diminutas partículas. Somos nosotros los que a esa acumulación o grupo enorme de pequeñeces le llamamos cuerpo  y le damos rango de «ser separado» del resto. Para el vacío cuántico sigue siendo vacío observado. O sea vacío, sin más.

Cuando yo albergo un sentimiento del más mínimo rechazo, quiero creer que ese OTRO al que rechazo, no soy yo. Pero eso no es cierto. Es una falsedad de cajón. NUNCA NADIE DEJA DE SER TODOS y el mismo.

Y el «plomo» ese que se queda en mí si daño, surge porque estoy dañando parte de mí a la que llamo TU, despreciándolo. No te sorprendas. A quien daña hacer daño es a MI MISMO. Es que el otro eres tu… Y NO LO SABES…

Pero eso no es lo que nos han hecho creer, ni lo que creemos saber.

Yo soy sólo yo. ¿Verdad? Y los sentidos acompañan esa sensación de no tener que ver nada contigo.

Felizmente cuanto queda sin comprender NO SE PIERDE. Hay un «saco de conocimiento» que vive en nuestra mente y es compartido por cada especie. ES INCONSCIENTE…Pero está vivito y colea. ¡¡COLEA Y CÖMO!!

Es ese malestar que una pelea de cualquier clase deja, es esa coraza de los que aseguran que «pasan de todo» e incluso de los que sin decirlo, parece que pasan, llevan.

Y hacer mal no es actuar, no sólo. HACER es pensar también. De modo que ese pensamiento: » QUE SE MUERA»…o alguno menos agresivo como: » no lo/a soporto», ese querer separar de mi lo que no me gusta, es de hecho lo que mayor mal genera a la larga.

Una guerra no la hace un político. Toda la mala baba, las protestas sin intentar buscar soluciones, todos los silencios de la mayoría cuando ven la injusticia y se atontan con la rutina diaria…ESO es lo que mueve a romper con lo anterior, porque nos come la culpa y la culpa…CUALQUIER culpa…ES COMO UNA DEUDA. Y las deudas, las pagues o no generan un desequilibrio molestísimo, que lleva a pagar. ¿Cómo? Con la muerte si es preciso y si el malestar es grave, extendido, entonces la muerte de muchos que también nos destrozará, parece un precio razonable.

El Demonio no existe.

Pero sí la mala conciencia, sí los deseos devastadores de la multitud que soporta y no hace nada más que quejarse. Y DEMONIO es una enoooooooooooooorme zona de la mente colectiva donde todo el daño sufrido impotentemente y sin conocer la causa…, vive. Ojito: VIVE.

No se ve. Y por eso no lo encontramos en el aire, o en el agua, o en los momentos de oasis.

Pero tampoco se ve el amor y existe.

No verlo nos hace creer que no nos toca y nos creemos a salvo. Pero la mente…¡AY!… La llevamos puesta nos guste o no.

Vete de vacaciones. Atóntate con un libro o la tele. Actúa de modo que jamás puedas ni sentir mucho, ni pensar con enjundia. Llena tus horas de actividad. Llega a tu cama y duérmete agotado o preócupate por el dinero, lo que harás mañana o cualquier sensatez de ese estilo.

EL CASO ES procurar mantenerse al margen de lo que hay en tu mente.

Con ello no se vacía el saco…Al contrario. Tu añades más malestar, acrecientas al Demonio. Lo fortaleces. Y quizás tu puedas conseguir ignorar una vida entera al demonio. Te aseguro que lo que en ese saco va, no se evapora por más que lo ignores y que influir, INFLUYE. En ti, en el otro, en el mundo…VIVE.

Surgirá en ese accidente fortuito…, ese revés de fortuna…, esa tonta discusión que termina por una enemistad larga. ESA ES UNA DE SUS APARIENCIAS en tu y mi vida.

El demonio un día se dibuja, otro se describe como un ser todopoderoso que se enfrenta a Dios y la literatura, el cine, el arte y los dichos humanos lo convierten en tangible. No es raro. LA MENTE LA LLEVAMOS PUESTA y es capaz de crear imágenes con un poder tan tremendo que un  día, identificado con la oscuridad, te cagas de miedo si ocurre algo y no lo comprendes, y encima era de noche.

Un día de una niña enferma, o un ser diferente, alguien dice que ESTA POSEÍDO POR EL DIABLO. ¡Ya está! Ahora el DEMONIO no sólo es una imagen. Está en alguien. Ya tiene cuerpo y todo.

Nada hay más poderoso que la mente. Ahí surge todo lo que un día llamaremos real.

Y…¿Dónde comenzó todo?

EN EL RECHAZO aparentemente lógico, de algo que otro hace, dice o muestra.

Sí. Es ese compañero que no puedes más con él. O ese vecino gilipollas, o ese actor que verlo te hace vomitar. Pero es también eso que tu pareja hace. O eso que tu propio hijo/a te hace. O tu suegra…o la bruja de tu ex-amiga.

Mientras sigas empeñado en no reconocer, que eso que del otro tanto te molesta es esa parte tuya que no se ve, porque es del vacío cuántico del que estas hecho, del que tu sólo conoces lo que llamas Yo, lo llevas claro.

Cuando se escribió aquello de CONÓCETE A TI MISMO, se referían a esto.

Tu, yo, ellos, todos somos el ÚNICO QUE VIVE. Uno, nada más. Se presenta como si fuera de muchas formas, con muchas personalidades y cuerpos. Pero lo que ves no es ni el 5% de lo que es. Lo que de ti sabes es el 1% de lo que eres. Todo lo otro has de conocerlo. No lo sentirás tuyo. LO ES. Créeme. Y como no lo sientes tuyo te molesta y lo rechazas.

Hora es ya de que cuando alguien te resulte TOXICO, te veas en él/ella. Es la pantalla de que dispones para conocer ese 99% que ignoras de ti.

Sé que parece absurdo, que joroba, que no puedes creerme. «¿Yo? ¿Yo soy como ese imbécil?» SÍ. Ese imbécil, de hecho, te hace un favor.

Para que tu conozcas una faceta propia desconocida, se presta a que le odies.

Hace 2000 años un hombre como nosotros lo descubrió. Luego llegó la iglesia y lo convirtió en único. Pero él jamás dijo serlo. Sí dijo, que amases a tu enemigo.

Y amar no es que te guste o te produzca mariposas en las tripas. Es sólo tratarle como te gustaría ser tratado, pensar sobre él como te gustaría que pensasen de ti… Hacerlo disuelve ese malestar. Y de eso doy fe. ¡¡¡Y no falla nunca!!!

La pregunta es:

¿Quieres que el Demonio crezca y sea fuerte, o quieres saber que está en ti disfrazado de buena voluntad y de lo buena persona que crees ser, mientras dejas al pobre sin mirarlo en la acera, o pasas de los refugiados, o del problema de Catalunya, o aun más grave: sigues evitando a tu persona molesta?

images

No es que te conviertas en activista. Nada de eso. Bastaría con que eso de tu pareja que te hace vomitar, o de tu suegra, lo reconocieses tuyo, dejases de rechazarlo y tratases a tu pareja y a tu suegra como si fueran tu actor favorito, o esa persona que te encantaría conocer y hacer tu amigo. Aunque por dentro te corroa el malestar, trata al otro como quieres ser tratado.

Te lo aseguro: EL DEMONIO se hará humo y tu malestar se evaporará. El otro podrá seguir siendo un hijo de puta, pero a ti, a ti te llenará de paz estar a su lado. Incluso puede que algún día sientas que le amas y todo.

EL DEMONIO NO EXISTE. Ni el infierno, salvo que comprendas que infierno es vivir rodeado de ti mismo sin reconocerte y odiándote en forma de pareja, suegra, vecino o compañero de trabajo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s