Crecí entre refranes y algún principio inamovible. Uno popular, deja el regusto de: QUEDA CLARO Y NADIE VA A DISCUTÍRMELO. Me refiero a este:
EN EL TÉRMINO MEDIO ESTA LA VIRTUD.
Profundicemos algo en las matemáticas.
De siempre les tuve aversión como escolar y estudiante. Y como casada, ajena a cuanto no fuese ser esposa y madre, hice lo propio: NO QUERÍA sumar, o restar… De multiplicar o dividir ni hablamos. Pero cual bruja, me persiguieron hasta como especialista de Educación Infantil 0-6 años.
La vida es sabia, aun si te rebelas. Te acerca lo necesario.
Buscando entender el número para explicarlo a mis peques, conocí dos compañeras. Una fue un solo ser conmigo un tiempo, Zaida. Luego otro ángel, Cristina por nombre. Ambas introdujeron sin riesgo en las «mates». Pero fue gracias a D. José Antonio Fernández Bravo, como comprendí. Él ama a la gente, anima a ser FELICES… ¿Suena a «profe de mates»?
Con 60 años, de su mano, comprendí LA UNIDAD… Ese número 1, mucho más que un dibujito. Y de pronto, palabras con contenido (MUCHO- POCO, LEJOS-CERCA, ALTO-BAJO, etc.) eran matemáticas.
Afirmo que ese dicho sobre la virtud, ES FALSO, al menos desde las «mates».
Los adultos, pobres niños adulterados, tristes sombras del crío que vive dentro y pugna por las promesas implícitas que crecer traería y nunca trae, LOS ADULTOS repito, desconocemos lo matemático que quiere ser nuestro lenguaje y cómo creamos mentiras por el uso incorrecto e inexacto que hacemos de él.
¿Alguien puede decir: YO SOY LA VIRTUD o se señala como virtuoso? ¿Se enseña la virtud?
¿¿¿¿¿QUÉ ES?????
¿Y el «TERMINO MEDIO»?¿Dónde está? ¿Es la mitad?…, y si lo fuera…, ¿cual de las dos mitades?¿Serviría una jirafa para hablar de altura? ¿Hay una medida estandart que señalar como patrón de altura? ¡¡Veamos!! PORQUE, LO APLICAMOS TODO EL TIEMPO….
-Mi hijo es alto.
-No tanto.- Le responden.- Concluye y calla quien se envanecía con la longitud de su hijo…, la longitud que no el tamaño (otra magnitud matemática…)
¡Lástima! Ahora que no enseñaré matemáticas comienzo a entender.
Andamos siempre comparando. ¿Pero con qué? No es fidedigno. Lo que a mi me parece alto, te parece bajo a ti. ¿Tú con qué comparas?… ¡Mi referencia al comparar no es lo que tú usas para comparar!
Tomemos p. ej. la culpa. ¡¡Cuántos errores matemáticos cometemos con ella!!
Impresiona, que quien ha cumplido una condena de 20 años, para las víctimas, o sus familiares, nunca es bastante.
Un asesino será un homicida, pero yo aborté. También soy homicida… y si fuese político nadie me llamaría asesina en el parlamento, (o sí). También pagué y largamente una condena interior, triste y cruel, tanto como el acto a que me presté. Si es que lo hice… ¿DONDE ESTARÍA AQUÍ EL TERMINO MEDIO? ¿Abortar un poquito…, medio bebé? ¿Hacerlo por mi cuenta, o condicionada por los míos, un tanto o mucho?
Hay una clase de gente: LOS TIBIOS.
No son fríos, malvados, asesinos, pederastas, corruptos… Ni se codean con quienes son puestos en duda. Al contrario… Como si tuviesen SIDA, se alejan por no entrar en el reino abonado por todos de la SOSPECHA. ¡No vaya a salpicarles! Pero…
Tampoco se implican, acompañan lo justo, se guardan las espaldas y… ¡jamás rompen un plato! ¡¡Qué barbaridad si les asociasen con un temerario!! SON DEL TERMINO MEDIO. Nunca culpables de nada. Tampoco favorecerán los cambios sociales…
Los «FRÍOS» obligan a reconsiderarlo todo… Nadie conoce la amargura del eterno rechazado. Están manchados y en adelante, ya lo dice otro refrán:
CRÍA FAMA Y ÉCHATE A DORMIR.
Aun empeñados en ser probos, jamás sienten pagada su deuda social: seguirán llamándoles ASESINOS los tibios. La tibieza impide a la sociedad mejorar, evitar repetirse.
Yo bendigo hoy aquí a todos los culpables.
Ignoro por qué y para qué dañaron. Pero porque hirieron, ahora sabemos qué no y que sí sirve de modelo de comparación. Hay que ser un poco más matemáticos…