Sin ser NIÑO no hay cuestión…

En una semana este cuaderno virtual abierto al mundo cumplirá cuatro años exactamente. Miro atrás. ¿Por qué lo llamé EN BUSCA DEL REINO DE LOS CIELOS ? Quise llamarlo BUSCANDO la FELICIDAD. No lo permitió el sistema.

Al registrarlo, busqué un sinónimo de felicidad:  REINO DE LOS CIELOS, palabras  atribuidas a Jesús. Dicen que instaba a cuantos quisieron oírle a buscar ese «REINO» que llamó de los cielos, no del Cielo. Dicen que decía:

-Buscad el Reino de los Cielos y su justicia y lo demás se os dará por añadidura.

Doy fe. Yo lo he experimentado.

También dicen que dijo:

– Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.

Para mí esto era misterioso y oscuro. En nuestro mundo casi no existen reinos. Se tiende a hacer repúblicas. España es aun un reino. Pero no parece que un filósofo, un ser pobre y generoso según escribieron sobre él, alguien a quienes miles de personas en el mundo llaman Dios vivo, tenga mucho que ver con reyes, con príncipes y princesas.

¿QUÉ sería pues UN REINO para él?

Me puse a investigar entre las sentencias y parábolas o cuentos que se le atribuyen.

Cuando cuenta una historia, habla de su experiencia, pero al compartirla con otros, de pronto aunque siga siendo suya, es también aplicable a cualquiera. ¿O No?

Pensé que el REINO a que se refiere es UNO MISMO. Sí. Algo así como si conocerse, saber quien soy, inevitablemente conduce a nuestro Reino, nuestra Casa, a un estado de estar y ser en que de veras eres REY. La Psicología nos llama príncipes destronados en el corazón de nuestros padres. Hay otros intereses para ellos que no son «yo», ese que unos meses ha sido lo más de lo más.

Y…¿Por qué de los «CIELOS»?

Otro día lo vi. El famoso vacío cuántico está lleno de mundos por nacer, de seres sin forma, de realidades aun no expresadas, así como de realidades que perdieron su forma, de vidas vividas que volvieron a ser invisibles, una vez experimentadas, exprimidas.

No invento nada. Dos lumbreras de la ciencia Sir Roger Penrose y el Dr. Stuart Hameroff dicen que lo que llamamos conciencia, que me hace saber que existo, que soy yo, al morir vuelve al vacío cuántico. No se pierde, retorna a nuestro origen.

La Física cuántica dice que cuanto existe emerge del vacío cuántico en forma de partículas diminutas sin masa, ni peso, y por acumulación o  suma de partículas terminan por hacerse visibles, en el caso humano en forma de feto en el vientre materno.

Independientemente de que haya tantos mundos existiendo a un tiempo en el mismo lugar que llamamos universo, por más que existan según afirman los científicos unas ONCE (al menos), dimensiones, no necesito más que hablar con una sola persona: estaré en un mundo nuestro tanto tiempo como esté conectada con él/ella. Si luego cojo mi coche y voy a otro sitio, estaré en otro mundo, y al entrar mi hogar de nuevo penetraré otro mundo más.

¿Cuántos mundos hay? Seguramente un número infinito de ellos, tantos como situaciones existan. Para mí «CIELOS» indica mundos... El cielo físico está hecho de aire. En el mundo clásico de la filosofía, cuando decir filosofía era decir ciencia y sabiduría, AIRE es la capacidad de pensar, la potestad humana de usar la mente para discernir qué es la vida. También se le llama «Espíritu», e INTELIGENCIA y en todo caso se asociaba siempre al AIRE que se respira…

Cuentan sobre Jesús, algo muy especial y entrañable.

Imagino a un hombre, no muy joven ( tener treinta años en la época era ser más que madurito… ) Hoy con 60 nos decimos jóvenes… Pero hoy nuestros «jóvenes» de 30 años viven con papá y mamá a menudo. Entonces, con 12 años trabajaban… La esperanza de vida entonces era de 45 años.

Cansado de recorrer su tierra a pie; de contar su verdad que sonaba a sueño imposible; harto de intentar aquí y allá explicar que no era su sueño, sino una verdad asequible a quien quisiera ser y hacer lo que hacía él, SER UN NIÑO, ve a un hombre importante: NICODEMO.

Nicodemo era del Sanedrín, digamos del Parlamento judío, un rico, que sintió curiosidad por aquel loco del que se contaban cosas muy raras. Y no estaba cerca por primera vez. y Jesús le ve encaramado a sus años (él si era viejo) en un olivo seguramente, un árbol fácil de trepar. Y tal que le mira, le dice que comerá con él. Jesús sabría que Nicodemo quería conocerle mejor.  Alguien se lo diría,  dando pié a sugerir a tan probo señor, que comería con él.

Jesús tenía que ser eso que se llama cordialmente UN CACHONDO MENTAL. Un ser comunicativo, vital, alegre, acostumbrado a comer y compartir el gozo de disfrutar juntos del alimento… Es una buena forma de retener junto a ti a alguien cuyas palabras, fantasiosas o veraces, te dejan con ganas de más. Es difícil ver a gente mayor feliz como un crío, encontrar personas cuya charla te divierte, te da paz y te llena, porque notas que no te juzgan, que te acogen y les vales tal y como te muestras… En un momento de la charla amena, entrecortada por las viandas que van sirviendo, llega la sobremesa. Y…

Jesús dice a este viejo:

– Nicodemo, tienes que volver a nacer.

La inmediata es tomar al pie de la letra la frase. Nicodemo responde:

-¿Cómo voy a retornar al vientre de mi madre?.- Se ve viejo…(Tampoco si hubiera sido un niño podría haberlo hecho…)

Entonces Jesús filósofo, usa metáforas diciendo:

-Tienes que nacer del AGUA y del Espíritu…

He dado muchas vueltas a esta frase. ¿VOLVER A NACER?

¿Es posible? Sí sé que al que llama se le responde, al que pide se le da y que el que busca, halla. No se te responde dónde y cómo tu crees. No se te da aquello que pides, sino lo que te hace falta. Y hallas, a lo peor después de una crísis brutal, de esas que hacen que te duela el corazón (la víscera me refiero), como si te hubiesen clavado un puñal.

Aparece tu Pepito Grillo particular…Alguien cuya palabra es amor para ti, alguien que te pone firmes porque te conoce y te exige que estés a la altura de lo que buscas…Y te pide que seas como un niño que NADA PIDE A LA VIDA. Y yo sólo quiero la verdad.

Como Nicodemo, me até a seres, a realidades, a mi oasís, y olvidé ser niño. Un niño entiende sin más que es ser AGUA, o sea corazón abierto sin límites. Y su razón, su mente, o sea su espíritu, no pondrá límites al campo, ni frenará en modo alguno la Vida. Ella SABE… Y yo que en realidad sólo quería  conquistarme, llegar a mi misma…, me hallo mirando hacia la única verdad que vale la pena conocer: YO. El niño que soy.

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