Era niña. En una de esas clases en que el profesor de pronto se humaniza y se salta su plan, nos convocó sin proponérselo en torno a ella, contándonos de la influencia de los astros. » Somos en un 75% agua y mirad lo que la Luna le hace a las mareas…». Fue mi primer contacto con la relación entre planetas y hombres. A día de hoy tengo otra idea sobre esa relación.
Cada día soy más consciente de que nada es ajeno a una fortísima interrelación, una única y total interdependencia entre cada aspecto de la vida y el resto de elementos que la componen. No soy astróloga, pero a veces «juego» a interpretar la posición de los astros en el momento del nacimiento de alguien. Así compruebo que le conozca o no, eso me cuenta cómo es. Una y otra vez… ¡No puede ser casual! Sería algo así, como que cada trocito de mí tiene un espejo de mayor o menor tamaño fuera de mí y yo a mi vez soy espejo del resto.
Desconozco tu relación personal con los astros, cuánto conoces al respecto. Pero actualmente el panorama astrológico está complicado. Además miras el mundo, abres un periódico, o ves un telediario y dan ganas de huir.
Verdaderamente…¿ Fue alguna vez tranquila y amable la vida humana? La respuesta es que guerra, hambre, enfermedad y muerte nos acompañaron SIEMPRE. Sólo que ahora hay modos de matar muy contundentes y debido a la asombrosa red de comunicación ya sea internet, ya sea la rapidez con que alguien de China puede aparecer en Nueva York en horas, la posibilidad de cualquier contagio psíquico o físico es una realidad aplastante.
Mi pequeño personaje está realmente amenazado. Pero si uno es la VIDA envasada temporalmente en un cuerpo y una personalidad ¿me puede preocupar mi muerte?¿No he nacido para morir?
Y entonces oigo las palabras de un amigo:
«Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas y sobre la tierra perturbación en las naciones aterradas por los bramidos del mar y la agitación de las olas… Cuando estas cosas comenzaren a suceder cobrad ánimo… Cuando oyereis hablar de guerras y rumores de guerras, no os turbéis… Estad alerta».
Son de hace 2000 años pero perfectamente aplicables al momento presente. No temer, no dejar de hacer lo que tu corazón dicta, y estar alerta. Sí, el mundo quizá esté peor que nunca, pero si soy la vida, no un cuerpo con su mente, lo que ocurre es un movimiento necesario de transformación y puedo desaparecer como persona, jamás como Vida. Entonces, lo que importa es contribuir a la transformación para evitar que se avasalle y atonte a los que siguen las modas, a los que prefieren vivir sin sentir. Yo me sumo a crear una realidad donde todos caben porque todos son únicos y esa es nuestra riqueza.
Si estas triste, preocupado, te afecta el caos aparente en que vivimos, has de saber que somos muchos los que seguimos activos en la esperanza de que este momento de la existencia llama a cada uno de nosotros a creer y mantener la confianza a pesar de los pesares. No hay que ser héroe. Sólo haz tu tarea, sea cual sea, lo mejor que puedas creyendo que si todo está interrelacionado, tus actos cuentan, aún si nadie los ve.
El hombre ha de resolver siglos de egoísmo, de tiranizar todo, para despertar al hecho de que si tenemos una función sagrada es cuidar y proteger con la inteligencia y el corazón que se nos supone este santo planeta y a quienes lo habitan. El universo es enorme, pero no parece que haya muchas Tierras en él. La humanidad muestra una y otra vez una generosidad inaudita cuando la desgracia asola. ¿No podemos ser generosos antes?
Mira Australia y cómo cuidan y auxilian a quien lo ha perdido todo. Yo misma sufrí un incendio. Perdí a mis padres en él y cuanto tenía. Todo un pueblo me permitió con su ayuda, también económica y no pequeña, recuperarme del desastre.