» Que el Señor nos construya la casa, que el Señor nos guarde la ciudad… Si el Señor no construye la casa en vano trabajan los albañiles. Si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas». ( Texto de hace 3000 años atribuido al rey David). A menudo, lo antiguo es corroborado por el conocimiento actual. Su idea de Dios, sería tal vez distinta a la nuestra. Pero, ese que llama SEÑOR es la misma energía incombustible, auto generadora, más allá del espacio y el tiempo que la física cuántica denomina VACÍO cuántico. Basta añadir que es consciente y sigue un plan. Yo la llamaría AMOR, amor incondicional.

Abro esperanzada mi cuaderno. Abandonemos el temor instalado cual programa invisible en nuestros actos, pensamientos y emociones. ¡Al menos recuperar la libertad de pensamiento, reconocer que el sistema inmunológico humano es una maravillosa presencia en nuestros cuerpos capaz de vencer peligros mayores que el corona! Tiempo es de frenar la insistente manipulación de los medios que alimentan conductas inhumanas, comportamientos robóticos e ineficaces, tiempo de sentir y razonar antes de que los depredadores acaben con la especie. No pasará si el Señor no lo quiere. O quizá sea nuestro Apocalípsis, si el Señor lo quiere.

Pero…¿ y si nos presionan hasta despertar de un sueño de hace más de 70.000 años?

Viendo el caos creciente que vivimos ignoramos que esto es la tercera guerra mundial. Sin campo de batalla, no es personal ni sangrienta. Los muertos duelen en familia. Nos morimos a poquitos sin que las infraestructuras parezcan sufrir mucho. Aún no ha terminado. Quedan, como poco, un par de años.

El objetivo: seguir vacunando ad infinitum, que renunciemos por algo de calma a viajar, a usar nuestro dinero como nos plazca, y aceptemos ser buen ciudadano estilo China. La privacidad desaparecería: nos obligarían a dejar huella sobre datos de nuestra salud, de toda transacción realizada mediante sus Apps de uso obligatorio. Difícil imaginar tan exhaustivo control. Muchos firmarían por respirar a gusto de nuevo. Pero, repito, sólo pasará si «el Señor lo quiere».

La consciencia del Señor vive también en cada hombre. Somos muchos el Señor. Y algunos creemos que su propuesta no parece ni celestial ni feliz ni humana. ¿Qué crees tú?

Hoy alimento una fe ciega en que el plan existente en cada partícula surgida del vacío cuántico, no quiere aún deshacerse de nosotros. Creo que tanta densidad de acontecimientos falsos unos, dirigidos por materialistas otros, pero muy, muy pesados tiene un para qué. Y acostumbrada a creer que es un plan digno, bondadoso, espero que el materialismo que inspiró Newton dos siglos atrás, caiga definitivamente para el mundo humano. Doscientos años sin Dios, no valen más que toda nuestra historia. Por mucho que los Zuckerberg, Bezos, Gates, Soros, y los ocultos en el poder se crean Dios uniendo sus fuerzas, serán los magníficos ejecutores de un futuro que responderá inversamente a sus planes. La Vida no da puntada sin hilo ni desperdicia energía. No llegamos hasta aquí para abrazar nuevas tiranías.

Además: hemos entrado en otra era, la de Acuario. Acuario clama amistad, lealtad, compasión, ideas nuevas y grandes, clama por la muerte del individuo como elemento en favor del conjunto. Colearán aún caducos modos, pero la energía amorosa de Acuario, que no ceja ante sus fines ni acepta restricciones, dudo mucho que consienta ese universo controlado propuesto por la agenda 2030.

Y te invito, a que por encima y por debajo de una realidad muy negra, creas, que si el «Señor» ha planeado un final en el Reino de los Cielos a donde todos estamos llamados, llegará. Escucha tu latido, porque si te late el corazón, vive en ti esa energía eterna y te brinda la felicidad, una, que no aprisione tu vida entre los dígitos.

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