La tecnología tiene un gran papel futuro, aunque si el hombre se duerme, podríamos desaparecer. No por causas naturales como los dinosaurios, sino por obra y gracia de nuestra propia ignorancia, de nuestra dejadez.
La evolución del universo, de la vida, nace dentro de un TODO vacío aparentemente. Allí una «magia» convierte la energía invisible, todopoderosa, autónoma e incombustible, hecha de ondas y empiezan aparecen «cosillas» que ni peso tienen, pero que al multiplicarse y relacionarse forman átomos. Lo que ni se percibe siquiera genera formas distintas. Me interesan las no inertes ahora. Lo aprendí en el cole: vivo es lo que nace, crece, se reproduce y muere. Cualquier forma visible (aunque sólo sea al microscopio), no es la suma de elementos, sino mucho más.
Una silla nunca comerá, ni tendrá sillitas, ni morirá. Sólo se deteriorará. Sin embargo una bacteria, un gusano, un jabalí y un ser humano, cambiarán desde su aparición en la tierra, se reproducirán y finalmente morirán. Llevan dentro la información para ello. A más simple forma, menor información lleva para desarrollar su existencia. A medida que los organismos biológicos se hacen más complejos, su información es infinitamente mayor…, en realidad están formados por muchos seres que les permiten vivir. Ahora bien:
Si un médico, biólogo e investigador separase un cuerpo humano en sus partes para ver como viven el corazón, los pulmones, el bazo, el páncreas, etc., manteniéndolos en un medio ideal en un laboratorio, con su cerebro y un sistema vascular y nervioso…. ¿Sería eso un ser humano? ¿Respondería al afecto, sentiría rabia o miedo?¿Reiría una ironía?¿Amaría a alguien y/o a si mismo?
No somos cantidades, números medidos en la información que utilizan las células, tejidos, órganos y sistemas. La suma de cada «pieza» orgánica, de los sistemas que las unen es… no ya mucho más, sino otra cosa capaz de las mayores proezas y de los peores desastres. Hay quien ya ha renunciado a la gloria, a la felicidad, al beneficio de comprender ese TODO que somos, para proponer como próximo salto evolutivo al transhumano como paso para el ciborg y sin más, como culminación, el colmo de lo bueno, la máquina de pensar que todo lo mide en números, dígitos… un mundo sin gente…
No es novedad. De siempre, unos pocos pensaron e impusieron por la fuerza sus criterios. Así nacieron la vida sedentaria y las ciudades, los castillos y el ejército y suma y sigue. Nunca fuimos libres. La única libertad posible reside en tu corazón y tu mente unidos. Pero si los elementos base de la célula se modificasen ¿no quedaría nada de nosotros? ¿Si además por informaciones imperceptibles tu conducta deja de ser realmente tuya… te seguirás llamando igual pero de ti no quedaría ni la sombra…?
Esto cree la ciencia, los que mandan y muchos. Llevamos doscientos años cual crío chico, descubriendo las piezas y los mecanismos y creemos que ese TODO inicial se agotó de tanto producir partículas. NO SABEN QUE ES EL TODO y como no lo saben son como mis niños. Cuando les dices: «os quiero mucho a todos» empiezan a preguntar de uno en uno: «¿Y a mí?, ¿Y a mí?». Se sienten partecitas…
Lo siento muchachos, no sabréis porqué los experimentos fracasan. EL HOMBRE, la especie humana, no es un gran grupo de células convertidas en tejidos, órganos y sistemas, no se nos puede reducir a dígitos. De hecho, aprovecharemos vuestra tecnología sí, pero no para tumbar nuestra Humanidad sino para descubrir el TODO en la vida y hasta en las máquinas. Gozamos de mitos y símbolos, de improvisación e imaginación. Y además A M A M O S. Algunos llamamos al TODO Dios y ES en nosotros.