MARÍA, el Pilar

Las doce: hora del Angelus. Ni era tradición familiar ni me lo enseñaron. Sonaba en la radio de mi madre durante los veranos de mi adolescencia. Y salvo el «ruega por nosotros Santa Madre de Dios…», que desfigura a María al convertirla en intercesora y convierte a su vez al personal en niños eternos, no hombres, parar unos minutos, me sentaba bien recordando al mundo invisible que es y está. De recién casada y mientras no hubo niños, también paraba. Me decía estas bellas palabras:

El ángel del Señor anunció a María y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

Después desmitifiqué cada palabra.

ÁNGEL. Esta costumbre nuestra de nombrarlo todo, de definirlo, puede dañar. No son seres aparte ni fuerzas ajenas. Son esencias del alma humana, tan nuestras como la capacidad de respirar. Tú puedes ser un ángel. Y yo. Basta dejar salir lo que apoyándose en el mal que se esconde y lo sostiene, aparece en forma de bien. Lo angelical es tan de este mundo como lo infernal o demoníaco y surge: es parte nuestra. Cuando salen, que también salen los demonios, es porque se han invertido los opuestos y en vez de ocultarse el mal, se oculta el bien.

El mal no es feliz a la vista. Los que lo ejecutan no alcanzan la paz. Sufren en grados difíciles de comprender, y aparentan dominar el mundo. Falso. El mal sólo cambia de puesto porque nadie le reconoce su esencial presencia en la creación de la realidad.

María recibe una visita. Su presencia le recordó su sueño trascendental de aquella misma noche. Entonces, ella supo que en su vientre había anidado un ser. Seguramente no venía bien, pero lo aceptó sin más. CONCIBIÓ. Lo pensó, lo sintió, lo quiso…, sin pensar en nada más. Sabía que no es que haya «algo», como dice la gente. Lo SABÍA porque amaba eso que hay y sentía aún antes del embarazo. Llámalo Dios, llámalo Espíritu Santo, llámalo energía infinita y eterna, ponle el apelativo que gustes.

Sólo de María dice la iglesia católica que FUE CONCEBIDA SIN MANCHA.

Pero María, no es sólo la madre de Jesús de Nazareth. María, en este mundo patriarcal caduco, pero ha durado la friolera de 5.000 años, representa lo femenino y maternal en la divinidad que uno no puede dejar de ver cuando contempla la naturaleza.

EXISTE LO DIVINO. María lo acerca. Parece alejado e inviable. Se asocia a la perfección y nuestra visión de lo perfecto es penosa. Algún día sabremos que perfecto es lo que funciona y cumple su cometido, aunque al no comprender cómo suceden las cosas duelan. EXISTE, ¿quién lo duda? lo humano. Pero lo humano es lo feo, lo bajo, lo incompleto, lo irregular… Y sin embargo, lo buscamos en quienes nos rodean. De no ser humanos, si cumpliésemos las expectativas que la sociedad marca, estaríamos solos. ¿Necesitamos nuestra noria una vez arriba y otra abajo? ¿Será que de lo mal hecho se aprende mucho?

Mi madre al oído, con ternura, mientras de niña me secaba y me ponía ropita limpia tras el baño decía:

«¡Bendito y alabado sea el santísimo sacramento del altar¡ La PURA, LIMPIA CONCEPCIÓN DE MARÍA, CONCEBIDA SIN PECADO DESDE EL PRIMER INSTANTE DE SU SER NATURAL… AMÉN.»

María es la MATERia, la VIDA manifestada. Es la Gran Diosa de pueblos primitivos, es la MADRE universal. Habita en esencia, como los ángeles, en nosotros. Y es la Madre de Dios, de ese que nos habita lo sepamos o no y aun si no queremos. Y… fue pensada sin falla. Igual que tu y yo, materia también.

Eso nos convierte en inocentes a tooooodos, por más que juguemos a hacer muchísimo daño.

Hoy España descansa en su nombre. Es el pilar de nuestra vida y conviene ver inocencia, por más que cueste. Sólo te quedas lo que das y si culpas, eso es lo que recibes: CULPA, MIEDO Y MUERTE.ooo

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s