ENAMORARSE

Este verbo puede «traducirse» deslindándoe la palabra en: DAR SE EN AMOR. La voluntad no manda. Dicen que no dura dos años.

» Hoy te he visto, te he visto y me has mirado. HOY creo en Dios», decía Béquer, el literato romántico español. Quizá nos eleva al rango de divinidad ESTAR EN AMOR DADO. Y el cuerpo responde con algo muy similar al embarazo. Nuestro organismo es precavido ante lo extraño. En las mamás en ciernes, ante el alien, no ya una bacteria, que se adueña de su cuerpo, se bloquea ese dispositivo que evita lo ajeno.

Mientras estés enamorado, tu amado es tuyo. Es una extensión de ti fuera, porque en el interior todas las barreras caen ante él. Siempre hay testigos de que te has «colado», que no se bloquean contigo. Protegerán tu desmedido afán de unirte con él/ella. ¿A ti, que sientes esa fusión total? ¿De verdad, quieren probar lo nocivo que puede ser? Sin autodefensas, el amado es ya parte de ti. No es objetivo el amor. Ama el corazón, a veces sólo la víscera, aun así, el corazón percibe una UNIDAD que la mente niega. ¡No hay error en ello!! Como el cuerpo que se prepara para ser madre ( puede incluso dar el calcio de sus huesos perdiéndolo por su hijo), ante el contacto con el otro/s te das en amor, por amor, y sólo por eso.

La vida, sabia siempre, parece pillarnos a traición. De una de vuestras uniones puede nacer una criatura, sin importar las circunstancias en que viva ese nuevo ser. Trata de crear experiencias sin ningún sentido moral, y cada nueva experiencia la enriquece. Seremos nosotros los llamados a analizar, a aprender de los hechos, porque las miras de la vida no se detienen en si sufres o no. No lo hace con ninguna de sus criaturas. ¿Por qué habría de hacerlo con el hombre?

Es como ir al cine. Ya dentro puede o no gustarte el rollo que contemplas. ¡Y entraste al espectáculo por propia voluntad! ¿Para pasar miedo? ¿Para llorar, dar tu opinión, o reír ? Ni el acomodador, el dueño de la sala, ni quienes produjeron la película te preguntarán ¿Verdad? Se pretende un intercambio, económico incluso, y la menor de sus preocupaciones es qué te provoca. Podría parecer frío. Pero la vida actúa igual, magnífica sala de cine, donde tu alma o tu mente que son casi lo mismo, puede convertir aquello en un mar de lágrimas o en lo más excelso, que te llegue tan hondo, que salgas transformado. No es inmediato… Quizás no. LLegaste para despertar tu mente, para sentir que no hay frío hay en lo vivido, sino una oportunidad para descubrirte. Lo de menos es cómo, siempre que algo o alguien te enamore, caigan tus límites, tus normas y puedas salir de ti.

Eres un personaje de tu particular film, identificado con tus circunstancias y características. Lo crees y admites cada uno de sus elementos: estatus social, posesiones, afectos, cualidades más frecuentemente exhibidas… Crees ser «Pepito», electricista, dueño de tal patrimonio, que mide tanto, que es (pongamos) cordial y abierto, decidido y generoso, hijo de fulano y fulana, padre de tres hijos varones y que tiene por afición el fútbol y el squash, le gusta viajar y gana tanto al mes. Pero… Hierras.

Eres una manifestación de la vida temporalmente adscrita a un vehículo llamado Pepito, y descubrirás al amar que la vida no se restringe a Pepe, que igualmente eres todo lo demás que no parece tuyo y vive. De ahí, que ya sea a través de la maternidad o del enamoramiento, nos obligue a tirar barreras para saber y sentir que no vives sólo en Pepe. ERES LA VIDA MISMA conociéndose.

Un dato más, este del reino de la Psicología. Cuando uno vive ignora que simultáneamente a recibir da. Somos un proyector de ideas. Proyectas sentimientos, emociones, percepciones… que parecen no salir de ti, pero PROYECTAS en busca de pantallas. Generalmente preferimos proyectar en pantallas parecidas a uno mismo: PERSONAS.

Creerás que ellos son así y no tú. No es intuitivo darse cuenta de que lo que el otro hace es proyectarte a ti. Mucho menos si lo que proyectas no pertenece a esa identidad tuya. Pepe no es egoísta. No es traicionero ni maleducado…¿No es cierto? Pues cuenta que encontrará muchos egoístas, traicioneros y maleducados, que le permitan ver todo lo que su identidad rechaza. Ocurrirá hasta que Pepe vea que no es sólo Pepe. Tú te proyectarás hasta que hagas tuyas esas cualidades que detestas y proyectas en su pantalla. Si eres la vida eres todo lo que ella es en y fuera de ti.

Quien se enamora atribuye bondades a quien ama que puede ver sólo él, bondades tiempo que después pueden revertir en lo contrario. Y es ahí, donde uno puede pasar de DARSE en amor a amar. A quien amas no es al que ves, sino a ti mismo. A quien odias no es a ella/él, sino a ti. Hay una forma de proyección de la que la vida se sirve para perpetuarse y otra, que despierta lo más humano y divino en nosotros. Al enamorarse, cae todo tipo de separación y todo parece estar a nuestro favor. Cambia nuestro humor. Sentimos, por fin, la UNIDAD. Pero… eso, no es amor. Es dar amor, no serlo.

Si damos es porque lo llevamos, pero hay infinitas formas de darlo. Serlo conlleva crecer y no cabe duda que enamorarse colabora. Ser amor es… permitir al otro expresarse, dejarle proyectarse y no abandonar. Es permanecer unidos para abarcar hasta las heces una experiencia y vivir a cada paso, descubriéndose. ¡¡Ánimo!!

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